¿Un freno al giro a la derecha en la región? La izquierda, favorita en las elecciones de México

A cinco meses de los comicios presidenciales, Andrés Manuel López Obrador encabeza con claridad los sondeos con el 37% de los votos. Su agenda reformista incomoda al establishment y amenaza al histórico PRI.

Desde hace dos años se habla de un giro a la derecha en América Latina. El avance de Mauricio Macri en Argentina, Michel Temer en Brasil y Sebastián Piñera en Chile verificaban esa tendencia. Sin embargo, a cinco meses de las elecciones presidenciales de México, los sondeos indican que la izquierda podría acceder al poder, un hecho inédito en la historia reciente del país que tendría impacto regional. En efecto, Andrés Manuel López Obrador encabeza un promedio de encuestas con el 37% de los votos. Le siguen a considerable distancia el derechista Ricardo Anaya (PAN) con 27% y José Antonio Meade (25%), del PRI, el actual partido de gobierno. Al no haber balotaje en la segunda economía de la región, los candidatos se jugarán toda su suerte el próximo 1º de julio.

Los datos surgen de un promedio ponderado confeccionado por el diario El País de España con base en 12 encuestas recientes. Detrás de los tres primeros candidatos se ubican dos dirigentes independientes: Margarita Zavala (esposa del expresidente Felipe Calderón), con una intención electoral del 7%, y Jaime Rodríguez Calderón (3%), gobernador de Nuevo León y conocido como El Bronco.

                                                                                                                                                                                                             Fuente: El País España

La ventaja de López Obrador, fundador del Movimiento de Regeneración Democrática (Morena), no es decisiva pero sí elocuente. Este político había quedado a las puertas de la presidencia en 2006, pero en un ajustado y polémico recuento de votos ─algunos observadores insisten con que hubo fraude─ perdió la contienda a manos de Calderón. Ahora amenaza con sacudir el escenario político mexicano. Desde la apertura democrática de los 90, el PRI perdió el poder en solo dos oportunidades a manos del PAN, pero nunca por el triunfo de un outsider.

Una hipotética victoria de López Obrador correría a México de su tradicional pragmatismo político y ortodoxia económica, que se traduce en un alineamiento automático con los Estados Unidos. El referente de Morena es un dirigente de izquierda reformista que se ha distanciado, para alejar fantasmas, de las tendencias más radicales de la región. “Están diciendo que, si gana Morena, México va a ser como Venezuela. Eso es falso. No nos inspiramos en ningún Gobierno extranjero, nosotros nos inspiramos en nuestros héroes, que fueron los que nos enseñaron a luchar por la libertad, por la justicia, por la democracia”, señaló en septiembre del año pasado. “Ni Maduro, ni Donald Trump”, precisó entonces.

Lo cierto es que su favoritismo en las encuestas atemoriza al establishment mexicano. En plena campaña, López Obrador (conocido en el plano local como AMLO, por sus iniciales) propuso otorgar una pensión universal a los adultos mayores, avanzar hacia la educación gratuita en todos los niveles y salir del paradigma punitivista del combate al narcotráfico. Un triunfo suyo en julio resonará sin dudas no solo en México, sino también en toda la región.

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