Todo ya, una pedagogía que avanza

¡Me aburro, me aburrooo! ¡hacémelo ya porque no me sale! ¡Yo no sé hacer esto! ¡Yo lo quiero ya! Y todo, todo lo quiero ya, ayer ya fue. Conclusión rápida: enseñamos a nuestros hijos a probar la vida rápido “es que quiero no me moleste”, “tengo muchas cosas para hacer”, “este chico solo quiere jugar siempre”, pero… ¿jugamos con nuestros hijos? ¿Invertimos tiempo en nuestros hijos? ¿Qué calidad tiene ese tiempo?.

Sinceramente no le damos herramientas para las frustraciones normales de nuestra vida, son híper quinetico porque no saben disfrutar más de media hora, viven su vida en una permanente pantalla de celular, borran etapas, y los adultos les gastamos su vida para que se parezcan a los grandes.

Estas situaciones se ven los salones desde el nivel inicial y  llegan a la etapa del colegio secundario; no lo saben resolver como por ejemplo: No saben dónde trabajan sus padres, donde viven porque no les enseñamos cosas básicas de sus vidas y lo arreglamos con el “pobrecito, pobrecita es chiquito”, pero pasan todos los días cuatro horas o seis horas en los salones y no terminan sus deberes y empieza a andar una maquinaria infernal llamada grupo de wasap, no terminé de copiar pedilo en el grupo.  Como mamá y docente les aconsejo que algún días los papás no pidan los deberes esa es su obligación prestar atención, que lleven una nota mala a casa a fin y al cabo no es UNA mala nota es una nota de atención, no es un estigma.

En la vida los papas no queremos que nuestros hijos sufran, pero tengamos sentido común para que ese sufrimiento no sea una excusa para que tengamos lástima de las situaciones, a las cosas hay que enfrentarlas, tengamos sentido común para saber ¿Cuáles son las cosas que realmente son valiosas? El afuera no es un lecho de rosas sin espinas, hay que prepararlos, que lloren eso a veces sana y resuelve conflictos. Nuestros padres tenían sentido común, mal no nos va.

Sabemos que desde el primer día que nos enteramos que vamos a ser papas nunca más vamos a dormir tranquilos como padres, ellos van a estar presentes las 24 horas del día pero también vamos a saber que ellos crecerán, que nosotros no vamos a estar siempre, pero los vamos a tener que guiar durante su infancia, su adolescencia para que sean adultos felices, responsables y que se valgan por ellos mismos, sobre todo esto, porque si no vamos a tener a los 40 años adolescentes queriendo vivir cosas de un chico de 10 años o 15 años.

Sé que no es simpático, pero los papas dejemos que nuestros hijos se aburran, que tomen decisiones, que se frustren por ejemplo: el aburrimiento es reparador, se conocen más, aprenden a conocerse más y así se vuelven sus pasos porque se hacen reflexivos.  El aburrimiento es útil para crear y no es bueno la sobre estimulación de pantalla, información, ect tienen que descubrir el mundo que los rodea.

Nuestro mundo se transforma día a día y eso es un desafío y la creatividad es una actividad humana. El cerebro está siempre marchando, es un relojito suizo que produce pensamientos, ocurrencias, y seguro que muchas veces no son buenas ocurrencias porque puede estar una travesura, aunque no somos conscientes de todas ellas, acá vamos a enseñar con el ejemplo.

Dejemos que lloren cuando no les sale algo, que sepan que la en la vida todo NO se puede, que las cosas cuestan, que los papas no ganamos plata, que hay otros nenes que son mejores en algo que nosotros, acompañar no quiere decir darle todo digerido.

 Digamos ¡NO!, nadie quiere formar seres manipulables o que sean seres manipuladores. Hay tanta ansiedad en nuestros hijos que muchas veces, crecen bajo presión del ser nuestro Messi propio que los dejamos sin margen de error, de crecer. En estos escritos no me olvido que están los miedos, pero a los miedos hay que enfrentarlos, simple nuestros padres no vinieron con un manual de cómo ser el mejor padre.

 Hay chicos que aprendieron a ser seres manipuladores porque con un lloro logran que sus padres les resuelvan todo. Sé que es muy difícil, me cuesta mucho a mí. Todos tenemos una carga emocional que hace que revivamos cosas que nos pasaron que queremos que a ellos no les pasen, pero…SON nuestras, no de los chicos, no los carguemos con lo que no pudimos hacer nosotros, nacieron independientes y hagamos que se mantengan en el tiempo así.

Que empiecen a resolver sus cosas, porque si no lo hacen en este recorrer que es la infancia y la adolescencia, tendremos seres que no se valgan por sí mismos. Eso es hacerse grande.

Que convivan con lo que les cuesta resolver al fin y al cabo la vida es un permanente desafío. No vamos a estar toda la vida y eso lo tienen que ir madurando.

En las escuelas no somos jueces, somos docentes con lo bueno y lo malo.


Sobre la autora: Daniela Leiva Seisdedos es Profesora de Historia. Revista El Arcón de Clío. Seis Premios UBA. Manuales de CDC de Tinta Fresca-Alfaomega. Personalidad destacada de la Educación del HCD de La Plata. Empoderamiento Femenino y Educativo de Invery Crea España.

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