Sincrónico y asincrónico

Para impartir una buena clase sincrónica y asincrónica, su planificación y desarrollo para cambiar actitudes en los estudiantes requiere mucho tiempo.


Partamos del significado de sincrónico: “Que se produce o se hace al mismo tiempo que otro hecho, fenómeno o circunstancia, en perfecta correspondencia temporal con él, o con los mismos intervalos, velocidad o período que otro hecho, fenómeno, movimiento, mecanismo, etc.”; Vocablo que usualmente asociaba al hecho donde un grupo de personas sincronizaban sus relojes en aras de ser puntual para una actividad específica, que posiblemente hoy es poco común dada la rigurosidad de los relojes (inteligentes) o celulares.

Hoy en día valoraría que es un término reciente en la educación y en particular en la enseñanza en línea (on line) mediante el uso de celulares, computadoras, tabletas y otros medios tecnológicos.

¿Su significado en esta ocasión? El aprendizaje sincrónico solo viable para estudios en línea, a través de un chat entre profesores y estudiantes en un horario pre establecido por la institución, que si trato de simplificarlo lo resumiría en: el docente y sus estudiantes están en clase en este instante “en vivo” intercambiando información (vídeo clase, trabajos grupales, foros etc.) en tiempo real o inmediata mediante el chat.

¿Y en el caso del asincrónico? La letra a delante implica negación, por ende nos referimos a lo que no es sincrónico, de lo que podemos deducir que no se ejecuta en tiempo real y además la actividad académica se realiza offline (desconectado) y que posteriormente conectado o en línea se comparte a sus estudiantes o que el docente recibe, por ejemplo: resultados de las evaluaciones, presentación de trabajos en equipo previamente orientados para ser realizados en casa, también denominado trabajo no presencial.

Un beneficio que tiene el aprendizaje asincrónico es que el estudiante puede ir a su ritmo.

Aprendido lo anterior, ello me conlleva a varias reflexiones, las cuales les comparto: ¿Deberá tener la clase “compartida” virtualmente el mismo tiempo de duración que la que planifica la escuela o institución formalmente?, ¿tendrá que cambiar su sílabo o plan de clases, priorizando aspectos puntuales y básicos de los contenidos, de modo tal que el estudiante no esté “castigado frente a una cámara”?; ¿no debiera tener el estudiante más tiempo para la realización de sus ejercicios de forma individual y colectiva, considerando este momento como parte del tiempo de su clase en casa?



Resulta obvio que la administración deberá controlar los “tiempos sincrónicos y asincrónicos”, lo cual rompe con el esquema tradicional, que la clase de… es de tal hora a tal hora, tiempo que el docente y en particular el asincrónico al cual le doy mucho más relevancia siendo éste establecido en el mejor horario consensuado con sus estudiantes, donde el docente pueda “dialogar-chatear”, evaluar los trabajos, aclaración de dudas individuales y grupales, cuyos resultados pueden ser llevados y analizados, así como discutidos sincrónicamente.

Lo anterior evitaría más horas extras no remuneradas para el docente, y permitirle a su vez concentrarse en la búsqueda de información adecuada, selección o elaboración de vídeos, estrategias motivadoras que permitan una participación amplia y no en modo estático por parte de los estudiantes que comparten solo sus rostros para escuchar “al profe” y a la vez a sus compañeros de clases.

Para impartir una buena clase sincrónica y asincrónica, su planificación y desarrollo para cambiar actitudes en los estudiantes requiere mucho tiempo.


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