Revuelta social en Países Bajos contra el toque de queda

Las restricciones a la movilidad, las primeras que se imponen en el país desde que se inició en marzo pasado la pandemia, han generado disturbios y saqueos. El primer ministro habló de "violencia criminal".

Por tercera noche consecutiva, los Países Bajos son escenario de violentos disturbios y choques entre la policía y manifestantes que protestan contra el toque de queda dispuesto por el primer ministro holandés, Mark Rutte, en un intento por contener la pandemia del coronavirus. 

Los protagonistas de las protestas son jóvenes que, organizados a través de las redes sociales, ocuparon las calles, y dieron lugar a fuertes enfrentamientos con la policía. En varias ciudades se pueden ver calles llenas de cristales rotos, comercios saqueados, quema de coches y tranvías, y hasta un hospital apedreado por los manifestantes. Aún no hay datos oficiales sobre los detenidos, pero la cifra supera los 300. 



El toque de queda ha sido la primera restricción a la movilidad desde marzo. Hasta entonces, el gobierno neerlandés había apostado por apelar a la responsabilidad ciudadana y la "madurez social". El toque de queda dispuesto por Rutte rige desde el sábado pasado y establece la prohibición de circular entre las 21 y las 4.30 horas. Para quien infringe la normativa, se prevé una multa de US$ 115. Una medida de esta naturaleza no regía desde la segunda guerra mundial. Además, se produce unas semanas antes de las elecciones legislativas.

El jefe de gobierno calificó de "violencia criminal" los disturbios y saqueos. Y aclaró: “Estamos luchando contra el virus para recuperar nuestra libertad. El toque de queda sigue siendo necesario. No estamos aplicando estas medidas por diversión. Es el virus el que nos quita la libertad”. Además, confirmó que el confinamiento seguirá vigente al menos hasta el 9 de febrero.

Varias ciudades neerlandesas declararon la situación de "emergencia" municipal para poder sacar a los antidisturbios a las calles. El alcalde de Eindhoven, John Jorritsma, calificó a los manifestantes como “la peor escoria del mundo”, y alertó que, si la sociedad no está “unida contra el coronavirus, estaremos de camino a una guerra civil”. Esta ciudad del sur del país ha sido uno de los puntos donde las protestas han sido más violentas. 

Al menos otros diez municipios tuvieron que hacer frente a un escenario similar. En La Haya, donde hubo al menos 18 arrestos, un agente tuvo que huir en su moto por las amenazas, y en Enschede han arrojado piedras contra un hospital y trataron de romper ventanas para acceder al edificio. "No son protestas; son los gamberros del coronavirus", dijo Hubert Bruls, presidente de las juntas de seguridad regionales.

A última hora de este lunes, se registraron enfrentamientos en la zona sur de Róterdam, donde un grupo de cien jóvenes se dieron cita para provocar disturbios con la Policía, que escribe en Twitter que “ya se han realizado varios arrestos porque no se acepta la violencia contra los trabajadores” públicos. 

Además, en Geleen, en la provincia de Limburgo, la policía desplegó a los antidisturbios por temores a una manifestación convocada por unas 150 personas en el centro de la ciudad a la hora de entrada en vigor del toque de queda, a las 21.00 hora local.

En general, dirigentes políticos de todo el espectro ideológico se pronunciaron contra las protestas y los hechos de violencia. Además del gobierno, el líder de la izquierda verde, Jesse Klaver, consideró “inaceptable lo que está pasando” y señaló a la ultraderecha por haber “incitado a la violencia”. Justamente la única excepción fue el líder de la ultraderecha del país, el partido de Thierry Baudet, quien instó a la gente a "rebelarse contra el toque de queda para poder recuperar juntos su libertad".




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