Reconversión del Estado: ventajas y desafíos ante una digitalización forzada

OPINION. La pandemia de COVID-19 nos demostró la fragilidad de los sistemas económicos, sanitarios, laborales y estatales, entre otros. A lo largo de este año nos tuvimos que adaptar como sociedad e individualmente a diferentes modalidades para alcanzar cierta normalidad.


La pandemia de COVID-19 nos demostró la fragilidad de los sistemas económicos, sanitarios, laborales y estatales, entre otros. A lo largo de este año nos tuvimos que adaptar como sociedad e individualmente a diferentes modalidades para alcanzar cierta normalidad. Las interacciones de los gobiernos no fueron la excepción a esa situación, requiriendo acelerar los procesos de modernización de los Estados que ya se encontraban en curso.

En un nuevo paradigma a nivel internacional nos encontramos con la concepción de gobierno abierto, una estrategia que promueve más participación de la ciudadanía, más transparencia en las acciones de los gobiernos y el uso de la tecnología como herramienta indispensable para lograr nuevas formas de interacción. En este sentido, en 2011 se lanza internacionalmente la Alianza para el Gobierno Abierto (Open Goverment Partnership) con participación estatal y de la sociedad civil de cada uno de los países intervinientes, teniendo como pilares la transparencia, la participación ciudadana, la rendición de cuentas y la innovación y la tecnología.

En Latinoamérica nos encontramos en nuestra historia con la permanente discusión sobre la falta de transparencia y rendición de cuentas del gobierno con la ciudadanía, asociado a diferentes hechos de inestabilidad institucional y crisis de legitimidad. Sin embargo, la concepción de gobierno abierto ha tomado mayor fuerza en la región en los últimos años, reforzado por los acuerdos establecidos con la Alianza para el Gobierno Abierto.

En varios países de la región podemos encontrar ejemplos de soluciones tecnológicas para facilitar el acceso de la población a los servicios gubernamentales y una participación activa en la formulación de políticas públicas. Nuestro país mantuvo la co-presidencia del Open Goverment Partnership durante octubre 2019 - octubre 2020, permitiendo mostrar las experiencias obtenidas a lo largo de estos años y las políticas digitales que buscan expandir la conectividad en el país de forma federal.

A pesar de los avances en materia tecnológica y de estos nuevos paradigmas, aún queda un largo camino por recorrer para lograr una verdadera transformación en las estructuras, lógicas y prácticas gubernamentales. Desde la transformación digital hasta las alteraciones en las estructuras institucionales, pasando por procedimientos internos y culturas arraigadas, las modificaciones necesarias para alcanzar un gobierno abierto conlleva el intercambio e impulso de los distintos actores para poder concretarse.

Estas transformaciones no son ajenas al sector privado ni a la sociedad civil, ya que estos actores comenzaron con anterioridad a transmutar sus herramientas y procedimientos en pos de una focalización en los usuarios, escuchando sus demandas, necesidades y devoluciones sobre los productos obtenidos. El Estado suele tener procesos de adaptación más rígidos y más lentos a los cambios, especialmente en sistemas presidencialistas, que dificultan la interrelación público - privado.

Es fundamental que los gobiernos, tanto locales como nacionales, entiendan la importancia de generar espacios donde la sociedad civil pueda expresar sus demandas, participar en la confección de políticas públicas y tener los instrumentos para auditar las acciones de las autoridades gubernamentales. Estos espacios se ven potenciados cuando se brindan soluciones tecnológicas a los procesos burocráticos y al acceso restringido que históricamente han tenido los Estados con sus ciudadanos.

Internacionalmente los hechos de corrupción, baja legitimidad en las decisiones políticas, malversación de fondos y poca transparencia han generado una creciente demanda de la población a formar parte de las acciones de los gobiernos, una rendición de cuentas continua y mecanismos de comunicación que permitan una apertura de la información. Estas iniciativas requieren la digitalización de los procesos normativos, el manejo de grandes escalas de información, sistemas que permitan la conexión de los distintos sectores de la sociedad y una comunicación activa y clara de los programas ejecutados.

La acuciante revolución digital y la necesidad de mantener las puertas abiertas del Estado aún en aislamiento social, preventivo y obligatorio aceleraron los procesos de actualización y cambio de lógica ante la cultura burocrática propia del paradigma de los gobiernos del siglo XX. Es así como varios países habilitaron canales para informar a la sociedad sobre los cambios y avances en la enfermedad del COVID-19, desarrollaron aplicaciones para registrar los síntomas y contactos estrechos, y permitieron gestionar trámites, demandas y consultas por medios digitales.

GovTech: nuevos sectores para salvaguardar los desafíos encontrados.
La implementación de los pilares del gobierno abierto y las innovaciones tecnológicas necesarias generalmente no suele ser tan sencillo de realizar. La inestabilidad económica, la falta de recursos y una fuerte cultura burocrática y de estamentos cerrados en las estructuras estatales imposibilitan la reconversión del Estado. Es así como surgen nuevos conceptos tales como “GovTech” que implica la utilización de las últimas innovaciones tecnológicas, tales como redes sociales, análisis de datos, internet de las cosas, almacenamiento en la nube, inteligencia artificial, blockchain, entre otras, para digitalizar, automatizar y comunicar las tramitaciones entre la ciudadanía y los servicios públicos.

El término “GovTech”, que proviene de las palabras de gobierno y tecnología, hace referencia a la búsqueda de optimización, simplificación y modernización de los procesos gubernamentales en cara al ciudadano. En la actualidad el sector de GovTech lo lideran empresas pymes, StartUps y consultorías digitales permitiendo contar con una cartera de innovaciones en el mercado que se brindan a los Estados para satisfacer los ansiados pilares del gobierno abierto.

En Latinoamérica nos encontramos con soluciones emprendedoras para los cambios necesarios en los servicios, las infraestructuras, la participación y comunicación activa, y la gestión administrativa pública. Existen casos modelos de implementaciones de big-data, blockchain, inteligencia artificial (IA), georeferenciación y utilización de drones como innovaciones tecnológicas que han reconvertido y acelerado las modificaciones en las lógicas estatales. Al mismo tiempo, el uso de redes sociales, canales de comunicación alternativos, y plataformas digitales también se ha diversificado en los últimos años para asistir a una creciente demanda de participación de la población.

Argentina ha demostrado tener un gran potencial en el sector “GovTech” por su talento innovador, con pocos recursos y gran ingenio. Esta es una oportunidad única para el sector emprendedor en la región y en nuestro país para expandir los servicios que podemos exportar y trasladar a Estados con características similares. Las empresas basadas en la economía del conocimiento demostraron ser cada vez más crecientes vinculado a la demanda y la versatilidad de adaptación a diferentes solicitudes de servicios. Las transformaciones en los procesos y servicios públicos implican desafíos y ventajas, tanto desde el punto de vista económico como humano, pero son fundamentales para alcanzar gobiernos transparentes, centrados en la ciudadanía y con mejores sistemas de adaptación a los cambios.

La pandemia nos recordó la necesidad de reconvertirse a las nuevas normalidades del siglo XXI, siendo más adaptables a los cambios, más atentos a las necesidades y demandas de la población, más transparentes con los recursos empleados para no agotar los sistemas públicos, y a tener tramitaciones burocráticas simplificadas y ágiles para responder a las frecuentes crisis de nuestra realidad actual.

Nos surgirán seguramente muchos interrogantes a lo largo del camino que nos queda recorrer para lograr adaptar los Estados a este nuevo paradigma del gobierno abierto, pero también tenemos una ventana de posibilidad de crecimiento e innovación en los diseños de la administración pública.

Sobre la autora: Milagros Gallelli - Licenciada en Ciencia Política - UBA. Diplomatura en Gobierno Abierto y Gobierno Electrónico - UTN. Analista Funcional y parte de Fundación Meridiano.

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