Elecciones 2017: radiografía política de la Provincia de Buenos Aires

En el distrito electoral más determinante del país se disputará la mayor batalla entre Cambiemos, que intenta sin éxito trasladar la buena imagen de Vidal a sus candidatos, y el peronismo, que busca la unidad para no sufrir otra derrota.



Centro neurálgico del país, la provincia de Buenos Aires suele definir el destino político de la Argentina. Las elecciones nacionales se ganan y se pierden allí. Es una premisa que se aplica tanto para las presidenciales como para las legislativas (donde el triunfo simbólico se lo lleva aquel que se impone en territorio bonaerense). El que domina Buenos Aires, domina el país en su conjunto.

Su importancia viene dada, en primer término, por su demografía. Con alrededor de 16 millones de habitantes, la Provincia concentra el 39% de la población total. Tiene más habitantes que la suma de 20 de las 24 provincias que integran la Argentina. La victoria de María Eugenia Vidal sacudió, sin dudas, el mapa político del distrito. Comprender, entonces, la dinámica del suelo bonaerense, tanto a nivel municipal como legislativo, es esencial para empezar a pensar en lo que puede ocurrir en las elecciones de octubre de 2017.






A pesar de lo que indicaron varios comentaristas políticos, tras las elecciones de octubre del año pasado no hubo grandes saltos de intendentes de la oposición al oficialismo. El libro de pases fue más tranquilo de lo que se presumía. Desde que asumió la nueva gobernadora, Cambiemos sumó a sus filas apenas tres jefes distritales: Hernán Bertellys, de Azul (ex FpV); Carlos Berterret, de Coronel Pringles (desde el vecinalismo) y, el que más repercusiones causó, Joaquín De la Torre, que tras integrar el Frente Renovador, se pidió licencia al frente de la intendencia de San Miguel para pasar a ocupar el Ministerio de Producción de la provincia. Por su parte, Alexis Guerrera (ex FpV), de General Pinto, se acercó a la órbita del massismo.

Así las cosas, Cambiemos reúne 68 intendencias, la mitad más uno de los 135 distritos en que se subdivide la provincia. El peronismo es la segunda fuerza en cantidad de municipios (algo inédito para la historia política bonaerense). Pero sus 55 intendencias representan más de la mitad de la población de la provincia. Replegada territorialmente (las manchas azules son menores que las amarrillas), el FpV-PJ preserva y concentra su fortaleza en la primera y, sobre todo, la tercera sección electoral del conurbano bonaerense. El Frente Renovador, por su parte, ostenta 10jefaturas comunales.

De los 24 distritos del conurbano, donde habitan 10,3 millones de personas (el 63,5% de los bonaerenses), 15 le pertenecen al FpV-PJ (entre ellos, los dos más poblados, La Matanza y Lomas de Zamora). Cambiemos registra 7 (Quilmes, Morón, Tres de Febrero y Lanús, ganados en la última elección); en tanto que el Frente Renovador de Sergio Massa mantiene dos localidades. Una ley introducida este año que cambiará las reglas del juego es el límite a la re-elección indefinida de los jefes municipales y legisladores, que podrán sostenerse en el cargo por dos términos seguidos, computando desde 2015. Julio Pereyra (Florencio Varela, 24 años de intendente), Alberto Descalzo (Ituzaingó, 21 años ininterrumpidos), y Alejandro Granados (Ezeiza, 19 años), son algunos de los históricos jefes locales que deberán abandonar el poder como máximo en 2023.






En estos más de 10 meses de gobierno de Cambiemos, la legislatura bonaerense fue una arena de permanentes cambios y realineamientos políticos. Tras las elecciones de octubre, las bancas legislativas habían quedado distribuidas de la siguiente forma:






La condición de primera minoría del FpV duró poco. La contundente derrota del peronismo en la provincia pronto se tradujo en diferencias y fracturas. El bloque legislativo quedó dividido en la Cámara Baja en tres sectores: el FpV, integrado por La Cámpora y aliados; el FpV-PJ, liderado por Walter Abarca y vinculado al peronismo del interior; y el Peronismo Para la Victoria-FpV, compuesto por dirigentes del Movimiento Evita y el ex presidente de la Cámara de Diputados, Horacio González. En Senadores, se dio una fractura similar.

A través de un “acuerdo de gobernabilidad” con el Frente Renovador, Cambiemos logró la mayoría en ambas cámaras y pudo aprobar con relativa tranquilidad leyes estratégicas para su programa de gobierno.












A principios de octubre, la Cámara de Diputados convirtió en ley un proyecto que establece un cupo femenino del 50% en los cargos electivos de cuerpos colegiados en la provincia de Buenos Aires. Con miras a las elecciones de 2017, la integración de las listas según la paridad de género hará incrementar notablemente la representación de las mujeres en la legislatura.

¿Qué bloque pondrá más bancas en juego el año próximo? En términos proporcionales, los espacios minoritarios del peronismo son los que más arriesgarán: el FpV-PJ va a renovar 8 sobre 13 legisladores, mientras al Peronismo para la Victoria le vencerán 4 sobre 6 mandatos.

En el FpV y el Frente Renovador finalizan sus mandatos alrededor de la mitad de los diputados (8 sobre 17 en el primer caso y 11 sobre 20 en el segundo). Quien tiene más probabilidades de incrementar su representación es Cambiemos, que renueva los cargos del 2013, una elección en la que no metió muchos legisladores, en parte porque la alianza electoral no existía. Como sea, el oficialismo renovará apenas 8 diputados sobre sus 28 actuales.

En la Cámara Alta, el panorama es similar. En Cambiemos finaliza el año próximo el mandato de tan solo 3 senadores sobre una bancada de 16. El Frente Renovador sí pone allí una cuota de poder considerable: a 7 de sus 9 senadores se les vence el mandato. Por su parte, el FpV renovará solo 2 de sus 8 legisladores.

¿Mantendrá la gobernadora María Eugenia Vidal el “acuerdo de gobernabilidad” con el massismo tras las elecciones de 2017, o apostará a lograr una mayoría propia? ¿Qué lugares obtendrá el radicalismo, un aliado clave en la provincia, en el reparto de las listas? ¿Podrá el peronismo superar la fragmentación y recuperar el control de la legislatura? A menos de un año de los comicios, el mapa político de Buenos Aires empieza a moverse.