Producción nacional post cuarentena

OPINIÓN. El presente artículo reflexiona sobre el período que vendrá una vez pasado el ASPO en términos productivos. Para esto se analizan algunos puntos expresados por el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. El actor clave: El Estado.


Entre los nuevos y (renovados) viejos debates que contrajo la pandemia mundial se encuentran: el rol del Estado y la organización de la producción nacional. Conocidos son los casos en los que los Estados nacionales llevaron adelante políticas de intervención en la economía a raíz de la crisis mundial generada por la pandemia; pero una vez pasada esta etapa, ¿el Estado Nacional debería retirarse de la economía a pesar de los resultados satisfactorios (dado el contexto) en distintas partes del globo? Desde el punto de vista de la producción ¿no ha llegado el tiempo de que, por fin, se planifique y se renueven las condiciones productivas nacionales?

Para reflexionar sobre la etapa de (re)construcción, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dio a conocer las directrices productivas que el gobierno implementará una vez acabada el ASPO, cuyos ejes serían los recursos naturales y sus cadenas, un Green New Deal, economía del conocimiento e Industria 4.0, industrias de la salud y un sistema de banca de desarrollo. Por otro lado, el ministro dio a conocer los 10 puntos de consensos los cuales tienen que ver con la necesidad de exportar más, la importancia de todos los sectores, mercado interno versus mercado externo como falsa antinomia; no hay futuro sin políticas productivas; ninguna política productiva será sustentable si no se la piensa en la dimensión ambiental, macroeconomía estable ayuda al desarrollo productivo, si no se mejora la productividad no se bajarán los indicadores de pobreza ni de indigencia, una buena política productiva debe reducir las brechas de género, la apertura comercial no es un fin en sí mismo y toda política de desarrollo productivo debe ser una política de desarrollo regional. A continuación reflexionaremos sobre algunos de estos puntos.

Lo que se puede esperar del tiempo después de la cuarentena, tiene que ver con un menor intercambio comercial entre países. Esto genera cierta incertidumbre de los precios de las commodities. Entonces, respecto al comercio exterior y dada la relevancia que el Estado nacional demostró tener, es elemental que el Estado se convierta en un actor de referencia en este aspecto, por lo tanto, la legítima expropiación de Vicentín toma particular relevancia. Por otro lado, dada la caída del comercio exterior y restricción externa ¿no sería conveniente virar hacia un esquema de tipo de cambio diferenciado según sectores productivos y finalidades para una administración más eficiente de las divisas?

Respecto a la falsa dicotomía, que planteó el ministro, entre el mercado interno y externo, será interesante la forma en el que el gobierno lo resolverá. A partir de que la industria nacional empezó a crecer y que se la pensó en el marco de un modelo de desarrollo económico, siempre estuvo la controversia (la cual perdura hasta la actualidad) entre crecer con una industria exportadora o crecer con una industria mercado internista, los cuales implican distintas políticas, condicionantes y organización de la producción. Otro aspecto será cómo se intentarán fortalecer y estimular a los sectores productivos que se mencionaron ¿Se implementará algo más que programas crediticios y subsidios, esperando que eso florezca de algún modo? Además de esto, quizás ya sea tiempo de darle el lugar a los organismos de ciencia y técnica y a las universidades que hace tiempo se les ha negado (a pesar de los méritos demostrados).

Un actor a considerar es el FMI y su rol en ese escenario inminente. Históricamente, el FMI ha propuesto reformas laborales y previsionales los cuales, según demuestra la historia, no abona a una sociedad más equitativa ¿será que se utilice como excusa a la modernización de las tecnologías, dado que en cuarentena el trabajo remoto se ha incrementado, para proponer una reforma laboral? Es sabido que el arreglo de la deuda es un tema pendiente, el cual debe darse en el marco de un programa económico integral; pero hay que estar atento a que no se cuelen dinámicas indeseadas para la clase trabajadora.

A lo que refiere a la mejora productiva como forma de reducir las desigualdades sociales, no se dará de forma automática, es por esto, que además será necesaria una legislación pertinente a fin de reducir brechas de género y una reforma tributaria (otro de los debates que se están dando en los distintos países) que establezca un sistema fiscal progresista y que, también, dote de recursos al Estado para llevar a cabo políticas productivas y sociables sustentables y de mayor envergadura. Y para que esto se realice ¿no será hora de replantear el sistema de tarifas y proveedores de servicios públicos? Los países que han logrado ciertos grados de desarrollo económico han tomado al sector energético como estratégico a la hora de establecer una planificación productiva. 

 En definitiva, el presente artículo intentó generar nuevas preguntas en función de algunos criterios, en vez de adivinar que va a pasar en un futuro aún incierto y de seguir los debates que se intentan plantear desde la ortodoxia. Rara vez repetir el mismo patrón una y otra vez generará distintos resultados, es por esto, que el presente artículo también invita a tomar iniciativas creativas, osadas y dejar de lado a los eufemismos que fomentan el statu quo.


Sobre el Autor

Arnaldo Ludueña es Investigador docente del área de Economía Política de la Universidad General Nacional Sarmiento. 

Diarios Argentinos