¿Por qué se puede ralentizar la creación de empleo luego de la pandemia?

Con la pandemia global de Coronavirus y las consiguientes restricciones a la circulación y caída de la demanda efectiva, principalmente en el sector servicios, aumentó el desempleo en todos los países del mundo y cayó el nivel de actividad económica.


Con la pandemia global de Coronavirus y las consiguientes restricciones a la circulación y caída de la demanda efectiva, principalmente en el sector servicios, aumentó el desempleo en todos los países del mundo y cayó el nivel de actividad económica. En respuesta, la mayoría de los gobiernos realizaron transferencias e inyecciones de liquidez para suplantar los ingresos perdidos.

Recuperada la actividad económica a niveles prepandemia surge la pregunta de por qué el desempleo aún se mantiene alto y no disminuyó a sus niveles previos. En otras palabras, la actividad económica se acelera por ejemplo en los Estados Unidos, pero no así la creación de nuevos puestos de trabajo que viene en desaceleración desde el tercer trimestre del 2020.

En primer lugar, se debe tener en cuenta que con los aumentos del producto bruto interno es posible que se incremente la productividad del trabajo. En otras palabras, nuevas tecnologías y maquinarias son introducidas al proceso productivo cuando se incrementa el tamaño del mercado, permitiendo que un menor número de personas realicen la actividad que antes realizaban más trabajadores. En la literatura económica es lo que se conoce como Ley de Verdoorn o Primera Ley de Kaldor. Esto genera que la contratación de trabajadores aumente, pero cada vez en menor cuantía cuando se expande la economía.

En segundo lugar, cuando se amplía el tamaño del mercado, por ejemplo con un plan de estímulo económico como el realizado en Estados Unidos con transferencias directas hacia los hogares, si el mismo es percibido como temporario y no permanente, es decir si el salto en la demanda no es considerado permanente por los empresarios, no se realizarán inversiones que incrementen la capacidad productiva. En consecuencia, dado que la mayor demanda será cubierta con la misma cantidad de trabajadores también se observará un aumento temporal de la productividad. Esto último es lo que en la literatura se conoce como Ley de Okun. En otras palabras, cuando se producen aumentos temporarios de los niveles de demanda la relación entre bienes producidos y número de empleados será mayor a corto plazo

Finalmente, la existencia de salarios en niveles inferiores a las transferencias temporarias de ingreso creadas por los gobiernos reduce la participación laboral en los empleos peor pagos. Es decir, la existencia de un salario o ingreso mínimos asegurado deja fuera de mercado a los empleos que ofrecen una compensación por debajo de dicho umbral. A menos que se incremente el salario mínimo ofrecido en los mismos, una menor cantidad de trabajadores querrán realizar dichas tareas.

Teniendo en cuenta las regularidades mencionadas se desprenden algunas conclusiones relevantes para la implementación de política económica. En primer lugar, un paquete de estímulo puede no ser suficiente para recuperar los niveles de empleo luego de una recesión si el consiguiente aumento de demanda es considerado temporario, ya que no inducirá aumentos en la capacidad productiva y por ende tampoco la contratación de nuevos trabajadores.

En segundo lugar, los aumentos de gasto tendientes a aumentar los niveles de empleo deberán ser cada vez mayores cuanto más se incremente la productividad al expandirse el mercado. Es decir, dejando todo lo demás constante mayores niveles de demanda efectiva serán necesarios para mantener el mismo nivel de empleo como consecuencia del aumento de la productividad de cada trabajador.

Por último, a menos que haya un incremento de los salarios de los empleos peor pagos por encima de las transferencias realizadas por el gobierno, muchos empleos quedarán vacantes ya que no cubrirán el costo de oportunidad de permanecer desempleado.


Sobre el Autor


Silvio Guaita. Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, Martillero Público y Corredor Inmobiliario de la Universidad de Morón y Magister en Economía en la Universidad de San Andrés.

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