Papa Francisco: "En esta tormenta estamos todos, nadie se salva solo"

El Papa dio un duro mensaje ante la crisis mundial por el coronavirus. "Nos encontramos asustados y perdidos", dijo. Fue durante una ceremonia en la que otorgó una indulgencia plenaria universal.

Desde el Vaticano, el papa Francisco concedió este viernes una indulgencia plenaria universal a todo los fieles de la Iglesia Católica, en medio de la crisis mundial por la pandemia del coronavirus, y dio un fuerte mensaje sobre la situación, al afirmar que "nadie se salva solo". 

"Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que los discípulos del Evangelio nos sorprendió una tormenta. En esta tormenta estamos todos", manifestó el Sumo Pontífice durante su mensaje en una Plaza de San Pedro completamente vacía, que quedará marcada en la historia. 

En ese sentido, Francisco aseguró que "nadie se salva solo" de esta crisis mundial. "Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados", figuró, en la tarde lluviosa de Italia, donde la jornada en hospitales y centros médicos también fue negra, con 969 muertos en solo 24 horas.



"Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa", criticó el Papa argentino, en una ceremonia que fue seguido por más de un millón de personas por streaming.

"El señor nos interpela y en medio de la tormenta nos invita a activar la solidaridad, capaz de dar sentido en estas horas en la que todo parece naufragar", dijo en otro de los tramos de su discurso.

"Esta tarde me gustaría confiarlo a todos al Señor, a través de la Virgen, descienda sobre vosotros la bendición de Dios: Señor, bendice al mundo, da salud al cuerpo y consuela los corazones. Nos pides que no sentamos temor, pero nuestra fe es débil, Señor y tenemos miedo. Pero tú Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repite de nuevo: No tengáis miedo y nosotros junto a San Pedro volcamos en ti todo nuestro agobio porque sabemos que tú nos cuidas", concluyó.

Durante el inédito rezo, en una Roma lluviosa, el Papa estuvo flanqueado por los dos símbolos frente a los que había rezado el domingo 15 de marzo en su única salida del Vaticano desde la difusión de la pandemia: el crucifijo milagroso expuesto en la iglesia de San Marcelo en Via del Corso, que según la tradición católica salvó a la capital italiana de la peste de 1522; y la Virgen Salus Populi Romani, emplazada usualmente en la Basílica romana de Santa María la Mayor, a la que el Papa encomienda y luego agradece cada uno de sus viajes fuera de Italia.

La bendición "Urbi et Orbi" representa un "perdón extraordinario" a todos los miembros de la Iglesia Católica por sus pecados, que normalmente solo es otorgado en Navidad y Pascua.

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