Museos pese a todo

OPINIÓN. Este 18 de mayo, día Internacional de los Museos, es especial. Producto de la pandemia, los museos permanecen cerrados y sin gente. Marisa Baldasarre y Viviana Usubiaga explican por qué, pese a todo, los museos sobrevivirán, reconfigurados, a la pandemia.


Por Marisa Baldasarre y Viviana Usubiaga


El 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos. La fecha nos encuentra este año en medio del aislamiento social, con todos los museos cerrados al público desde mediados de marzo. Los trabajos internos, las políticas del cuidado que aquí pueden ser aplicadas a edificios y objetos, continúan activas. Del mismo modo, las acciones remotas de sus trabajadores y directivos, impactan en los medios y las redes que parecen estar activas cómo nunca antes. Los foros internacionales, las entrevistas por streaming o youtube, los vivos de instagram se reproducen a un ritmo inusitado. Hay algo muy resiliente en los museos y en toda la cultura construida en torno de ellos. Incluso en el medio de la pandemia global el museo parece no resignarse a acallar su voz, a pronunciarse no sólo como un lugar de enunciación y generación de saberes sino como un sitio de encuentro.

Justamente, la práctica principal que nos ofrece el museo está hoy obturada. Estar y transitar por un museo significa trasladar cuerpos, compartir espacios, estar ante las colecciones pero también ante otrxs. Gran parte de la riqueza de esa experiencia tiene que ver no solo con el impacto de una obra o del relato a nivel individual, sino con la sinergia que se produce entre quienes lo visitan ya sea de modo grupal como entre los desconocidos que al compartir una misma experiencia generan comunidad. Hoy todo eso nos está vedado.  

Asumiendo que estas prácticas son irremplazables por el formato digital, así como la brecha intrínseca que hoy se acentúa en términos de dispositivos y conectividad, podemos pensar en la potencia de este momento dramáticamente extraordinario. Quizás sea esta una ocasión para reconfigurar creativamente los contenidos virtuales, diversificar las audiencias de los museos que ahora están a un solo click de distancia, dar voz a aquellxs que no son los interlocutores habituales que hablan sobre y desde los museos. A su vez los propios trabajadores están desplazados de sus lugares de trabajo, del contacto con los espacios y los objetos que conocen tan bien, y deben reformular el modo que desarrollan sus tareas, en la mayoría de los casos desde lejos.

Ante la imposibilidad del contacto cuerpo a cuerpo, entre nosotros y con el patrimonio, la cultura se sigue configurando como sanadora en estos días enrarecidos. Apropiarse de imágenes, encarnar obras canónicas, revisitar imágenes artísticas o históricas son ejercicios que se repiten desde el encierro/resguardo de nuestras casas.

No sabemos con certeza cuándo los museos volverán a abrir sus puertas. Lo que sí podemos prever es que no volverán a ser iguales. El caudal de visitantes deberá dosificarse y deberemos diseñar nuevos circuitos y mecanismos, que sean seguros y que a la vez convoquen a los públicos a desplazarse y salir del entorno doméstico. Del mismo que la sociedad toda no quedará indemne de la pandemia, tampoco lo serán los museos. Varios historiadores del arte han estudiado el estatuto “superviviente” de las imágenes, es decir, su capacidad para ser producidas, circular y pervivir como testimonio de las guerras, genocidios y catástrofes más cruentas de la historia. Quizás también los museos tengan esta facultad. Podemos imaginarnos un museo que, a pesar de todas sus limitaciones y reconfigurado, sobrevive a la pandemia. Hay algo resistente y obstinado en la lógica de estas instituciones: en su amor por el patrimonio, en el compromiso de sus trabajadores, en la posibilidad de subsistir con presupuestos que en los úmltimos tiempos han sido violentamente cercenados. En un mundo pospandémico: Museos pese a todo.


Sobre las autoras

Marisa Baldasarre es Directora Nacional de Museos.  

Viviana Usubiaga es Directora Nacional de Gestión Patrimonial de la Secretaría de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación.

Diarios Argentinos