Milagro Sala: "Me quisieron quebrar y no pudieron"

La dirigente de la Tupac Amaru recuperó la prisión domiciliaria luego de una huelga de hambre y denuncia el acoso del gobernador de la provincia y del juez de la causa.

"Estoy contenta y con bronca. Contenta porque ya no estoy en la cárcel, pero con bronca porque la domiciliaria tenía que ser en mi casa de Cuyaya y no acá, es como si me trasladaran a otra cárcel", aseguró Milagro Sala en una entrevista con Página 12.

En relación a sus condiciones de detención, la dirigente social explicó: "Seguimos con la custodia de Gendarmería y no puede entrar nadie que no autorice Pullen Llermanos. Él tiene que ver todo el listado de visitas y firmarlo para decidir si pueden pasar o no y con la familia es lo mismo. Seguimos con las 24 cámaras de vigilancia, con los 26 gendarmes y con toda la casa rodeada de alambre de púa y custodiada".

A su vez, Sala denunció que "cada médico que me viene a ver es amenazado por Gerardo Morales, por los Pullen Llermanos y por la familia Falcone".

La líder de la Tupac Amaru había sido trasladada a Salta por orden del juez, quien tuvo que dar marcha atrás por un fallo de la Corte Suprema provincial que le exigía el cumplimiento de la CIDH. Ante eso, Sala tuvo que llevar adelante una huelga de hambre de diez días.

"Es todo aberrante, aberrante. Macri quiere gobernar con el fusil en la mano, con el garrote. Cueste lo que cueste quiere gobernar y seguir haciendo sus negocios, para él, sus amigos y su familia, mientras tantos no tienen ni qué comer", concluyó.

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