Los riesgos de consumir dióxido de cloro

Con la excusa de encontrar una cura contra la COVID-19, muchas personas públicas incitan a consumir dióxido de cloro. En esta nota te contamos qué dicen los especialistas sobre el riesgo de ingerir la fórmula química.

La circulación de mensajes que alientan a consumir dióxido de cloro, una fórmula química que ninguna institución sanitaria reconoce como medicamento, llevó a que especialistas advirtieran sobre los riesgos de consumirlo y a desmentir toda posibilidad de que pueda frenar los efectos del nuevo coronavirus. El producto también conocido como "Suplemento Mineral Milagroso" lleva años publicitándose como un remedio para afecciones y enfermedades pero no hay evidencia científica que avale que sirva para paliar los efectos de ninguna enfermedad, sino todo lo contrario.  

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicó un comunicado en el que recomienda no utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral es decir: intravenosa, intraarterial, intramuscular y subcutánea. Además en el texto subrayan que la ingesta o inhalación de éste podría ocasionar “graves efectos adversos” ya sea en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19 como en cualquier otro caso. 

Desde el comienzo de la pandemia, dice la OPS, “se han promovido en el mercado numerosos productos que contienen dióxido de cloro o derivados, solos o en combinación, que indican falsamente tener propiedades curativas para la COVID-19 e incluso otras dolencias asociadas” y destacan que autoridades reguladoras de al menos nueve países de las Américas, incluyendo la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), junto con redes de centros de control de intoxicaciones y la Red Argentina de Centros de Información de Medicamentos (RACIM), emitieron alertas sobre los peligros para la salud del consumo del producto.


"El dióxido de cloro es una fórmula química que ninguna institución sanitaria reconoce como medicamento"


Consultado por El País Digital, Jorge Montanari, científico e investigador del CONICET, explicó que los riesgos por el consumo del dióxido de cloro son tres: "El primero es que se trata de una sustancia no apta para su uso como terapéutico no para ingesta en humanos, es corrosiva ya que se usa como desinfectante y que está aprobada en ciertas concentraciones diluidas para sanitizar verduras o ciertos elementos de trabajo." 

"El segundo, se vende para desinfectar piletas, entonces qué pasa cuando una persona no sabe preparar soluciones, porque la gente está haciendo soluciones caseras y no sabe exactamente cuál es la concentración; solamente disoluciones tan pero tan pequeñas pueden no ser nocivas, pero ¿cómo sabe una persona si lo está haciendo bien o mal? Yo trabajo con gente formada, con criterios, tecnología, y aún así también en los primeros años se pueden cometer errores al preparar soluciones, entonces cómo una persona que no sabe va a preparar un producto para consumir".  

El tercero, aclara Montanari, es que la gente pueda creer que con el dióxido está a salvo de la COVID-19 y dejara de tomar las verdaderas medidas de prevención como el distanciamiento social, el uso de barbijo, lavarse las manos. Además, agrega que es “muy peligroso que la gente que no evite las reuniones o se resista a mantener la distancia apropiada porque piense que está inmunizada por estar usando el dióxido de cloro”.


"Es muy peligroso que la gente que no evite las reuniones o se resista a mantener la distancia apropiada crea que está inmunizada por estar usando el dióxido de cloro


El investigador especializado en Nanotecnología aplicada a la salud, Jorge Montanari, respondió a EPD que quienes recomiendan la fórmula no se basan en nada: “No hay prueba clínica que haya demostrado nada contundente, y una de las mejores maneras para comprobar que no se basa en nada, es que este mismo producto se dijo que era efectivo para otras enfermedades. En su momento decía que curaba el sida, el ébola, después que curaba las varices, la faringitis y ahora cómo apareció el coronavirus, cura la Covid-19.” 

El inventor Andreas Kalcker, viene con esto hace mucho, porque del dióxido de cloro se habla hace muchísimos años y que diga que un mismo producto cura todas esas enfermedades, pero que no haya pruebas a las que podamos atribuirle que verdaderamente es efectivo, habla de que se está aprovechando, y que busca hacer su propio negocio.” 


Pero ¿qué es el dióxido de cloro? 

Es una solución al 28% de clorito de sodio en agua destilada, que en muchos casos se vende junto a un“activador” que suele ser ácido cítrico o ácido clorhídrico diluido. Es un gas utilizado como blanqueador en plantas de tratamiento de agua y fábricas de papel y el hipoclorito de sodio es un desinfectante comercializado como lejía o lavandina doméstica que podrían ser tóxicos si se ingieren y pueden causar efectos adversos, así lo advierte la OPS. 

Además,  el  clorito  de  sodio  como  el  dióxido  de  cloro se  usan  como desinfectantes por su potente poder oxidante. Y el uso más generalizado es la potabilización de  agua en donde dióxido de cloro presenta ventajas en comparación con la cloración convencional. 


¿Cuáles son los riesgos de consumirlo? 

Según el informe que comunicó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), “la ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.”

Vale destacar que la inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo. 


Sobre quienes incentivan el consumo de dióxido de cloro

Montanari se refirió a los mensajes de personas públicas con gran alcance en medios de comunicación y redes sociales: “Creo que es de una gran irresponsabilidad”; además puntualizó en el caso de la conductora televisiva Viviana Canosa y dijo que: “Es terrible porque fue ella la que empezó a hablar del tema y lo continúo a pesar de que se le explicó que estaba hablando de algo cuyo uso para consumo humano no está permitido e igualmente volvió a redoblar la apuesta por un poco de rating.”

Por último, el científico del CONICET agregó: “En distintos países hay de variadas posturas ideológicas sobre lo que se está haciendo con la pandemia, pero la estupidez atraviesa ideologías. Me preocupa que hay mucha gente que está defendiéndola, pero claro, por tener una postura opuesta a las políticas al gobierno. Tenemos que entender que esto hay que hacerlo por nuestra salud, no por una cuestión partidaria. No nos podemos tomar partido en contra Alberto Fernández diciendo tomemos dióxido de cloro.” 



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