La librería: “Cadáver exquisito”, de Agustina Bazterrica

Entrar a una librería y preguntarse: ¿Qué leo? ya no es un problema. Acá te pasamos información de lo más destacado de la industria editorial argentina.

Noviembre inicia, oficialmente, la temporada de balances y cierres en muchos sentidos. Y esto, claramente, nos habilita a definir cuál fue el mejor libro que leímos en este particular 2018. Más allá de que fue un año de lecturas más que acertadas y bellas, no puedo evitar pensar en uno: Cadáver exquisito, la novela de Agustina Bazterrica que ganó el Premio Clarín Novela en 2017.



Cadáver exquisito es una ficción distópica que presenta una sociedad futura (aunque no muy lejana) que se ha visto obligada a dejar de comer carne de animales. Aparentemente, contrajeron un virus que los vuelve venenosos y, por lo tanto, se vuelve imposible su consumo y su supervivencia. Ya no hay animales en el mundo —fueron sistemáticamente sacrificados— pero el ser humano mantiene el hábito de comer carne, solo que ahora cría, reproduce, procesa, vende y consume carne humana. Esta nueva era de la historia de la humanidad es denominada: la “Transición”.

“Media res. Aturdidor. Línea de sacrificio. Baño de aspersión. Esas palabras aparecen en su cabeza y lo golpean. Lo destrozan. Pero no son solo palabras. Son la sangre, el olor denso, la automatización, el no pensar. Irrumpen en la noche, cuando está desprevenido. Se despierta con una capa de sudor que le cubre el cuerpo porque sabe que le espera otro día de faenar humanos”. La novela arranca con todo. No hay eufemismos en Cadáver exquisito, el relato es directo y descarnado. La naturalidad con la que el nuevo orden establecido es aceptado es aterradora. Quizás sea porque no parece algo tan difícil de creer.

Marcos Tejo es el personaje principal y el narrador en primera persona. Presenta el mundo y pone en jaque sus contradicciones. Eso que se esconde detrás del supuesto virus letal es uno de los muchos interrogantes que plantea el texto. ¿A quién beneficia? “En algunos países los inmigrantes empezaron a desaparecer en masa. Inmigrantes, marginales, pobres. Fueron perseguidos y, eventualmente, sacrificados”.

La vida privada de Marcos se desmorona pero en su trabajo es incuestionable, todos lo quieren y necesitan en sus filas, es el hombre de confianza, la mano derecha, del dueño de un importante frigorífico. Para congraciarse con él, un criadero le manda un espécimen hembra (así se les llama a los humanos de criadero). Una PGP (Primera Generación Pura), la carne más cara del mercado. Criar “cabezas” en los domicilios particulares está permitido pero no es algo improvisado. Hay que respetar una serie de reglas y, de ser descubierto en infracción, la condena es ser faenado en el Matadero Municipal, así de simple. La llegada de la hembra es el disparador pero seguir hablando sobre esto podría ser considerado “spoiler”. Mejor que cada lector lo descubra solo.     

La deshumanización que provoca el mercado, las fake news, la naturalización del canibalismo, el dolor, la pérdida, la crueldad. Lo ominoso lo recorre todo. La novela es hipnótica. Un poco escalofriante, también. Hay un suspenso muy cuidado que acompaña la lectura y hace que sea imposible soltarla. Como escribió Pedro Mairal en la contratapa, la novela vuelve “visibles algunas prácticas oscuras y normalizadas de la vida cotidiana actual”, y eso siempre es perturbador.

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