La amistad

Por: Walter Ghedin

La amistad es uno de los valores humanos que enriquece  la realización personal y social. Los protagonistas del vínculo amistoso construyen una relación de amor mutuo que retroalimenta simultáneamente la felicidad personal. Si el amor fraterno está basado en los lazos de parentesco, el amor de la amistad se funda en sociabilidad, la incondicionalidad, la tolerancia, la aceptación de las diferencias, el refuerzo de las afinidades y la empatía. La presencia de otro, que no forma parte de la red familiar, puede despertar sentimientos más profundos y perdurables que cualquier relación de consanguinidad. La naturaleza o esencia de la relación es la simetría o paridad, no existiendo entonces uno más fuerte y el otro, ni uno que domina y el otro se somete, estas son distorsiones del vínculo que provocan conflicto. Hay amistades breves e intensas, otras perduran en el tiempo con poco o mucho contacto interpersonal. Las primeras nacieron para ser fugaces como algunas amistades juveniles que luego, en alguna encrucijada de la vida, se perdieron y se transformaron en meros recuerdos. Las que nacieron para perdurar tienen protagonistas que se preocupan para mantener vivo el vínculo: se llaman, organizan todo tipo de encuentros para compartir las buenas nuevas, siempre están atentos el uno del otro. No obstante, existen otras formas de amistad que se sostienen sin encuentros, siendo suficiente el recuerdo de lo vivido y “saber que cuándo lo necesito el otro está”. Si logran sobrevivir las amistades de la infancia son las más sólidas. Están unidas por infinidad de experiencias infantiles: el barrio, la escuela, los padres, los juegos, los grupos, los primeros amores, la fuerza del terruño, como decía María Elena Walsh en Serenata para la Tierra de Uno: “porque el idioma de infancia es un secreto entre las dos…”. Las amistades son dinámicas: se construyen en la medida que progresan, ingresando nuevos sucesos que refuerzan el vínculo. Cuando se vuelven estáticas pueden aparecer conflictos ya que se espera que el otro sea aquel que fue en su primer momento.

La verdadera amistad incorpora los cambios provocados por paso del tiempo y las experiencias de vida, más nunca se debe alterar la esencia. Podemos recordar con placer, reírnos, o llorar por sucesos del pasado, sin perder de vista lo que ahora somos: cómo sentimos, cómo actuamos, cómo afrontamos la vida, etc. La honestidad avanza sobre niveles más profundos de comunicación, lo cual permite despojarnos de las máscaras de la apariencia social. La aceptación incondicional supone una apertura al mundo del otro (y viceversa) sin prejuicios. El amor y la empatía permiten ponernos “los zapatos” del amigo para comprender sus vivencias. Todos estos aspectos deben estar presentes en una integración dinámica y potenciadora del vínculo. En estos tiempos de exceso de trabajo, corridas, ocupaciones varias, sostener la amistad requiere de cierta obstinación para generar encuentros. Paradoja mediante los medios urbanos con multiplicidad de accesos y la abundancia de formas de comunicación “tecnológica” no acercan más a las personas, por el contrario, las alejan. Las redes sociales virtuales se han convertido en formas de interacción real ya que han pasado a ocupar el lugar del “cara a cara”. Los amigos dicen “nos hablamos…” en lugar de “tal día y a tal hora nos encontramos”. La vida de esta postmodernidad o modernidad tardía incrementa el aislamiento social con falsos argumentos para justificar el encierro: “estoy cansado”, “no quiero escuchar problemas”, “no tengo nada para compartir”, etc. Y aquellos que se deciden a salir de la encerrona y a encontrarse con sus amigos luego agradecen por lo bien que lo pasaron.

Amistades célebres: en la literatura: Los tres mosqueteros, Don Quijote y Sancho Panza.

En el cine: Dorothy y sus amigos (el león, el espantapájaros y el hombre de hojalata) en el Mago de Oz.

En la vida real: Luchino Visconti y Anna Magnani, Liz Taylor y Michael Jackson, Lady Di y Elthon John, Ben Affleck y Matt Damon, Carlos Gardel y Alfredo Le Pera.

*Médico psiquiatra. Psicoterapeuta.

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