Intenciones y resultados

OPINIÓN. Termina una semana gris para nuestro país. A la expansión de contagio y muerte del COVID-19, se suma la casi seguridad de volver a prorrogar la negociación de la deuda externa, ante la falta de resultados positivos al 4 de agosto y la vuelta atrás de la idea de tener una empresa pública de referencia en el negocio agroexportador.


Termina una semana gris para nuestro país. A la expansión de contagio y muerte del COVID-19, se suma la casi seguridad de volver a prorrogar la negociación de la deuda externa, ante la falta de resultados positivos al 4 de agosto y la vuelta atrás de la idea de tener una empresa pública de referencia en el negocio agroexportador.

Deuda Externa, Deuda Eterna

La deuda es el mecanismo de sometimiento que atraviesa toda la historia de nuestra patria. Desde la dictadura cívico-militar, inaugurada el 24 de marzo de 1976, hasta nuestros días, la cuenta es clara. La pobreza del 10 % en los ’70 alcanzó un nuevo piso histórico de al menos el 25% estable, con picos del 50 % en momentos de crisis profundas, como en 2001-2002. Pandemia mediante, muy probablemente esos índices vuelvan a visitarnos a fines de 2020. La expansión del desempleo avanzó desde entonces en paralelo a esta situación y desde 2015, el país alcanza un quinquenio de estancamiento económico y retroceso del PIB per cápita. El periodo 2003-2015 es el único que muestra números más alentadores.

Desde 1977 a nuestros días se pagaron más de 600 mil millones de dólares. La cuenta de cuántos hospitales podrían hacerse con ese dinero es solo un ejercicio de frustración emocional. La deuda no paró de crecer. De los 8 mil millones en 1976 al 9 de diciembre de 2019 nuestra deuda era formalmente de 321 mil millones de dólares. La impunidad de los endeudadores a lo largo de los años hace que esa tragedia se pueda volver a repetir, si no se castiga a los culpables. Con esa y otras mochilas asumió el gobierno del Frente de Todos.

Martín Guzmán ha trabajado con las herramientas que ha tenido. El desastre que nos dejó Mauricio Macri y su mejor equipo de los últimos 50 años hace que los márgenes de acción tengan menos espesor que el filo de un cuchillo. Néstor Kirchner en 2003 también tuvo un escenario de similares o peores dificultades.

A fines de julio de 2020 y sin el respaldo suficiente entre los acreedores para cerrar con éxito el canje de la deuda que vence el próximo martes, se descuenta una nueva prórroga de la fecha límite para cerrar el proceso de reestructuración que vence el 4 de agosto. Muy probablemente, junto a la prorroga aparezca una nueva “última oferta”. El propio Ministro Guzmán lo admitió tácitamente, en una presentación virtual ante el Atlantic Council, un think tank de Washington, el último jueves.

La vigencia de la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers) hace que la oferta final de acuerdo sea la que cobren todos los “reestructurados” cuando se oficialice la renegociación. Desde quienes adhirieron en abril hasta los que lo hagan el último día, todos cobraran la mejor oferta. La posibilidad de quedar bien gratis con el gobierno argentino surge de esta situación y por ende no hay mucho apuro de parte de los acreedores, ni los que acordaron que pueden cobrar más de lo previsto, ni los que no acordaron, que quieren mejores condiciones.

Black Rock, es decir la Fed, es decir Trump, sigue siendo el principal obstáculo para avanzar en la reestructuración. El mexicano Gerardo Rodríguez fue el primer negociador frente al equipo económico argentino en representación de BlackRock. El mismo que amenazó al ministro de Economía. Por ello sería reemplazado por Jennifer O´Neil con un trato más amable, pero con la misma hostilidad negociadora.

Black Rock, como es sabido, lidera el “Grupo Ad Hoc”, que también integran los fondos Fidelity y Ashmore. Hoy no se sabe bien si las controversias con nuestro país son técnicas, contractuales o políticas. La negociación (rendición) de Ecuador enturbia aún más la situación.

Donald Trump y el Tesoro de los Estados Unidos parecen ser el infausto final del camino propuesto por Larry Fint, el muchacho de origen demócrata y facturación republicana. El hecho de tener que negociar aspectos geopolíticos, además de cuestiones financieras, aparece como peligrosamente probable, en el análisis de muchos conocedores de este tipo de situaciones.

La idea de “última oferta” de abril, tal vez un término inconveniente para lo que vino después, fue mutando a cada vez más dólares para los acreedores. El lunes 6 de julio el Gobierno formalizó frente a la Security and Exchange Commission (SEC, la Comisión de Valores de los Estados Unidos) otra oferta para la reestructuración de deuda de 53,5 dólares admitidos como deuda a pagar, por cada 100 dólares emitidos como deuda original.

Como todas las reestructuraciones, que Martín Guzmán ha estudiado con detenimiento, la imposibilidad de pago de lo emitido obliga a que los acreedores acepten un pago menor al nominal comprometido en origen. La quita de capital de esta última oferta argentina, varía en los análisis según quienes lo hacen. Se ubica en una franja que va de un ahorro para nuestro país del 2% promedio para las distintas series de bonos, hasta quienes dicen que la reducción será del 6% del capital. Nadie habla de un ahorro mayor. Estas cifras aparecen como directamente proporcionales al nivel de simpatía que se tenga por el gobierno y considerando la “flexibilidad”, que clásicamente se atribuye a la “matemática financiera”.

Desde aquel abril de 38 dólares de oferta a este julio de 53,5 dólares ha pasado mucho agua bajo los puentes, y estos casi 15 mil millones de dólares extras de “sacrificio nacional” aun no contentan a los acreedores.

Esta última propuesta navega ya en aguas turbulentas de la sostenibilidad, con muchas dudas sobre ello, sobre todo viendo los pagos previstos referidos a 2024 y a los años siguientes.

Los bonos argentinos en manos de los especuladores cotizaban a 28 dólares antes de que se iniciaran las negociaciones, gracias al default virtual y al derrumbe económico que nos dejaron Mauricio Macri y el bueno de Lacunza. El último viernes 31 de julio, cotizaron a 42 dólares, un incremento del 50%. En el caso de quienes compraron a 28 y reciban 53,5, que son el grueso de los tenedores, su ganancia habrá sido exponencial, del orden del 80%. Pero aun así, no les parece suficiente. Triste destino el de quien no tiene un bróker amigo.

Una de las condiciones que también generaron ruido, según se pudo saber y más allá del debate sobre las cláusulas de acción colectivas, indica que los nuevos bonos de reemplazo, en el canje presunto, contendrían en su emisión una prórroga de jurisdicción, manteniendo el formato que prevé que frente a cualquier litigio, las reglas y los árbitros sigan siendo extranjeros.

La propuesta de Guzmán recibió oralmente el respaldo del FMI, del G-20 y del Club de París. El gobierno argentino, sensatamente, postergó los pagos de este año con el Club de París. La creación de este Club, se remonta a la primera reunión informal, en 1956, cuando Argentina estuvo de acuerdo en efectuar un encuentro con sus acreedores públicos en ese marco. El acuerdo con el FMI es a la vez reclamado también por el Club de París. Es fácil ver que casi nada de lo elogiable de nuestra historia, proviene de los gobiernos no peronistas.

Por otra parte y si de deuda hablamos, es bueno recordar que el FMI ha señalado que no acepta ninguna quita y por lo tanto trabaja para asegurarse el cobro del préstamo más grande de su historia, el que Mauricio Claver Carone, el cubano estadounidense asesor de Donald Trump, militó en su condición de representante al FMI de Estados Unidos. Claver Carone nos diría hace unos días que “Donald Trump consideraba a Mauricio Macri una pieza clave en el tablero geopolítico de América Latina y utilizó todo su poder institucional para sostener al gobierno de Cambiemos que estaba en jaque por un plan económico recesivo que podía abrir la puerta a un triunfo del peronismo. Trump pretendía bloquear una eventual llegada del justicialismo a la Casa Rosada, ya que esa instancia política complicaría sus planes para terminar con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Para la Casa Blanca una victoria de Cristina Fernández-Alberto Fernández no era una buena noticia”

Se podrán decir muchas cosas de Trump, pero no que le falta sinceridad.

El propio FMI, en su reciente informe de estabilidad financiera, advirtió que “tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes, la carga de la deuda de empresas y hogares podría tornarse inmanejable”. Que piensa hacer al respecto, nada. Pague primero y quéjese después.

Los pagos de nuestro país a organismos internacionales, como el FMI, el BID y el Banco Mundial en 2021, rondan los 7500 millones de dólares. En 2022 y 2023, los pagos al Fondo y organismos internacionales están por encima de los 20 mil millones de dólares por año, en las condiciones contractuales actuales. Imposible de pagar.

Por si esto no fuera suficiente, en el tribunal del Distrito Sur de Nueva York, en el despacho de la “heredera” del Juez Griesa, la señora jueza Loretta Preska, hay tres carpetas que continúan abiertas con demandas contra la Argentina. Se trata de juicios basados en hechos que ocurrieron hace varios años, pero que toman vigencia en el contexto cual. Dos de los tres juicios en marcha refieren a derivados de la cesación de pagos de 2001 y el tercero es una demanda por la expropiación del 51% de las acciones de YPF, en 2012. Los acreedores se entusiasman con fallos que les permitan hacerse de algo así como 4700 millones de dólares.

El inefable Dennis Hranitzky, el abogado que representó desde el estudio Dechert a Paul Singer contra nuestro país, y que fuera el ideólogo del embargo en 2012 de la Fragata Libertad en un puerto de Ghana, a la que se subió en persona como símbolo de triunfo, se entusiasma con el “potencial”  de los 45 casos sin resolver aun de los “viejos holdouts”, los que se encuentran también en los estantes de la Jueza Loretta Preska. El ahora socio del estudio Quinn Emmanuel, que representa también al grupo de los Exchange Bondholders, con títulos del 2005 y liderado por Monarch Capital, sabe bien de lo motivador que puede ser, el cobro de honorarios millonarios.

A casi 20 años del último default, estos problemas siguen, mientras el inefable Federico Adolfo Sturzenegger ostenta el triste récord de haber participado de dos estafas, el default de 2001 y el gobierno de Macri. Su actual impunidad es un ejemplo claro de los déficits de los gobiernos populares para cortar, con la ejemplaridad de la pena, la sangría eterna del endeudamiento externo. Mientras no haya sanción lo volverán a hacer.

Ante semejante artillería contra nuestro país, el lobby del Papa Francisco y de Joseph Stiglitz, y sus amigos no pareciera suficiente. El premio Nobel experto en microeconomía resalto hace un par de días que “la larga lucha de la Argentina para reestructurar su deuda está frente a acreedores privados recalcitrantes, miopes, testarudos y de corazón duro”. Llegar a esta conclusión para alguien de su experiencia, suena casi risueño.

Hoy hay más de 40 países en situación de insolvencia financiera parecida a la de Argentina. Nuestra renegociación debe ser un ejemplo, pero no un mal ejemplo para los cánones de la especulación financiera internacional. Necesitaremos algo más que apelaciones morales, para resolver este problema.

Fuga, Vicentin y después

El Banco Central indico recientemente en su informe “Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019” fechado en mayo 2020 que “el conjunto de políticas económicas que se aplicaron desde diciembre de 2015 facilitaron la fuga de capitales por más de 86.000 millones de dólares”.

La mayor parte del endeudamiento macrista financió la fuga de capitales y  el préstamo del FMI se esfumó casi todo en fuga. Casi el 30 % de toda la salida de capitales de la era macrista la realizaron 100 agentes sobre los cuales aún no hay denuncias formales o acciones públicas oficiales. La información difundida en el portal El Cohete a la Luna ubicaba a Telefónica, Pampa Energía, Western Union, American Express, General Motors, Shell, Cervecería y Maltería Quilmes, Telecom, y Cohen Sociedad de Bolsa en el top ten de los fugadores. Nadie lo desmintió. El “ejemplar” comportamiento de Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía, fue incluso halagado por el propio presidente.

Vicentin también participo de esa fiesta de fuga y deuda, aunque con otra fuente de financiamiento, el Banco Nación.

Sobre la fuga y la evasión, el propio Congreso investigó aún más atrás. Constató 4040 cuentas bancarias activas durante 2006 y 2007 a través de las cuales HSBC organizó la evasión de impuestos y fuga de capitales de los más ricos del país a Suiza. Su ex CEO, el gran amigo de Mauricio Macri, Gabriel Martino, fue uno de los organizadores de aquella “fiesta de la evasión” y además fue uno de los principales socios en los negociados de la deuda durante la gestión Cambiemos. Completando su currículo se puede decir también que fue quien ofició de “facilitador” entre el fondo especulativo Franklin Templeton y el expresidente Macri. Martino ratifico el último jueves 30 de julio en declaraciones al diario Perfil, que sus furibundas críticas al Presidente Fernández y a su gobierno son consecuencia de su elogio y su “lealtad” al ex presidente Macri. Martino había colocado a María Eugenia Talerico, abogada del HSBC como segunda de la Unidad de Información Financiera durante el macrismo. Una funcionaria con muchos  antecedentes de investigación de fuga financiera y evasión, pero al servicio de los evasores.

Con todos estos antecedentes y de modo muy paradojal, HSBC es una de las entidades bancarias contratadas por el Gobierno Argentino para solucionar la crisis de la deuda argentina. Un dato por lo menos extraño.

También la AFIP abrió una causa sobre otras 950 cuentas bancarias localizadas en el exterior de sujetos que evadieron impuestos. Hay más listas. Una de quienes compraron dólares durante la crisis de 2008 y 2009, otra referida a los fugadores de 2011, y otra que surge de la investigación de los  Panamá Papers.

La diputada Fernanda Vallejos en la reunión del mes de mayo de la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda señalo que “se repiten los nombres de los fugadores en todas las listas”.

Mientras tanto, esos mismos fugadores del Círculo Rojo visitan la Residencia Presidencial para reiterar su opinión-amenaza de que no es posible un país sin ellos al mando. En definitiva, la Presidencia para ellos es solo “un cargo menor” como dijera uno de sus voceros mas calificados.

Decíamos la semana pasada que el sistema bancario gano nada menos que  74 mil millones de pesos solo entre enero y abril, el equivalente a 25 millones de pesos por minuto. Gran parte de esa ganancia proviene de las Leliq, cuyos intereses sigue pagando el Banco Central, más allá de los anuncios de campaña. Nunca entregaron los créditos a tasa cero que le prometieron al gobierno.

Los bancos siguieron ganando durante mayo con un 41% de ganancias en ese mes, es decir una mejora real de 40% respecto al mes anterior, donde no les había ido lo que se dice mal.

En Junio creció un 37% la cantidad de gente que atesoró divisas por cantidades limitadas, aunque los bancos lideraron la fuga de 1000 millones de dólares en un mes. 4 millones de personas físicas obtuvieron sus 200 dólares legales mensuales. El sistema necesitó solo para cubrir esta demanda en tiempos de crisis extrema 1800 millones de dólares. Aquello de la “Banca Siempre Gana”, no se aplica solamente para los casinos

Por otra parte este jueves 30 de julio, se produjeron otras dos buenas noticias para el sector financiero. El Banco Central  confirmo el rendimiento del 38% de Leliqs a 28 días de plazo por un monto de 111.035 millones de pesos, unos 1500 millones de dólares y confirmo un aumento de la tasa de interés que llegara al 33%.

Mientras tanto este último jueves también, con la impunidad que supone saberse intocables, los titulares de Vicentin concurrieron a la segunda audiencia de conciliación convocada por el juez del concurso preventivo de Reconquista en Santa Fe, Fabián Lorenzini. Allí estuvieron el presidente del directorio Daniel Buyatti y el vicepresidente Alberto Macua, el sonriente acompañante de Beto Paduan en su lujosa camioneta en aquella marcha a favor de la “propiedad privada”, cuyas fotos recorrieron el pais. Acompañados por los abogados de Reconquista (Estudio Guido Ferullo) y de Buenos Aires (Estudio Alegria, Buey Fernández, Fissore y Montemerlo), se enfrentaron cara a cara al Secretario de Justicia de Santa Fe Gabriel Somaglia, para decirle que no pensaban colaborar en nada, ni mucho menos transferir sus acciones al Fondo Fiduciario y que seguirían actuando con la impunidad que llevan adelante desde hace mucho tiempo. La decisión de derogar un día después, el último viernes 31 de julio, el DNU 522/2020  que ordenaba la intervención de Vicentin, les daría la razón a los titulares de Vicentin. Su impunidad no es cuestionada por el Estado, de modo inexplicable.

Mientras tanto Mauricio Macri está en camino a Suiza, sede de Glencore, la multinacional asociada a Vicentin para estafar a nuestro país, dirigida por Iván Glasenberg. Tal vez el ex presidente este preocupado por la situación de Vicentin, una preocupación más vinculada a consolidar la estafa que tal vez lo tenga como accionista, que abocada a recuperar la empresa. Los mensajes de texto del teléfono móvil de su secretario privado, conocidos esta semana, abundan en elocuencia sobre la situación.

Glencore según dice Vicentin es ahora la titular de Renova, la parte del león de Vicentin, puerto incluido. Nadie ha impugnado esa operación realizada ya con la empresa en cesación de pagos por “estrés financiero” en diciembre 2019. El Estado Argentino transita una etapa de impotencia preocupante.

El futuro cercano

Nuestra tan mentada “restricción externa”, la escasez de dólares para el crecimiento y el desarrollo económico se acentúa por la fuga de capitales, los pagos de deuda y el giro de ganancias a sus casas matrices de las  empresas extranjeras que actúan en nuestro país. Esto no se ha detenido.

La extranjerización de nuestra economía sigue tan obvia como penosa. La ilusión de Vicentin duro poco y hoy el capital extranjero representa el 78 % del Valor Bruto de la Producción (VBP) entre las 500 grandes empresas del país según surge de la propia Encuesta Nacional de Grandes Empresas que elabora el Indec.

El anuncio de un impuesto a las grandes fortunas se posterga indefinidamente pero se envía un proyecto al Congreso para establecer una moratoria impositiva que beneficiará, mucho más allá de las Pymes, a las grandes empresas. El probable nuevo blanqueo de capitales para que los fugadores seriales aporten a la “reconstrucción del país”, completaría un cuadro, que no se caracteriza por su utopía de justicia fiscal.

Evaluaciones

Desde hace muchos años, desde el inicio de la democracia en 1983, los analistas de la gestión pública se dividen entre quienes valoran las intenciones y quienes elogian los resultados.

El gobierno de Alfonsín tal vez sea el mejor ejemplo. Un desastre generalizado con una hiperinflación galopante y una crisis social inédita suscita sin embargo el elogio de aquellos que ven en las “intenciones” de aquel gobierno, una justificación de su fracaso.

Para quienes creemos que las políticas públicas se juzgan por sus resultados, las intenciones son apenas un atenuante del fracaso.

Diarios Argentinos