Proteger, valorar y aprender a convivir: Entrevista a Dina Migani, secretaria de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro

EPD dialogó con la Ing. Dina Lina Migani, Secretaria de Ambiente y Cambio Climático de la Provincia de Río Negro, sobre propietarios que no consideran la fauna silvestre a la hora de realizar obras y los desafíos futuros en temas ambientales en su provincia y la región.


Las áreas protegidas son espacios de conservación, valoración de los ambientes naturales y disfrute por parte de la población. Parques nacionales, áreas naturales protegidas provinciales, reservas privadas, todo suma para preservar la vida, pero también para aprender a convivir y afrontar los desafíos ambientales del cambio climático.


Esta semana causó indignación la actitud de personas que, siendo propietarios de la tierra, no consideraron la fauna silvestre a la hora de realizar obras y acciones para beneficio personal. Esto hace replantear el rol de las áreas protegidas, el trabajo de las distintas jurisdicciones para sostenerlas, las posibilidades de fiscalización, pero también la actitud de las personas frente a la vida y el mundo que habitamos.



EPD dialogó con la Ing. Dina Lina Migani, Secretaria de Ambiente y Cambio Climático de la Provincia de Río Negro, sobre este tema y los desafíos futuros en temas ambientales en su provincia y la región.


¿Qué distingue la provincia de Río Negro en materia ambiental?

Río Negro es una provincia muy grande, al Norte de la Patagonia, que se extiende entre el mar y la cordillera. Esto genera una gran amplitud de paisajes, que son origen y dan refugio a una enorme biodiversidad, con grandes superficies que necesitamos conservar.

La provincia también tiene riquezas en recursos naturales, que podemos aprovechar en forma sostenible: minería, hidrocarburos, suelos productivos, agua que permite un valle con producción frutihortícola: cerezas, manzanas, peras, ciruelas, frutas de pepita y de carozo. Pero en toda la provincia también se producen frutos rojos, nueces, avellanas, y frutas finas de gran valor. El recurso ictícola está presente en todo el Río Negro, que atraviesa toda la provincia y el litoral costero, que expresan todas las riquezas que tiene el Mar Argentino y qué debemos conservar.


¿Qué importancia tienen las áreas protegidas?

Las áreas naturales protegidas son herramientas que contribuyen al desarrollo sustentable. Pero no basta con crearlas, es importantísima la forma en que se gestionan día a día. Este mes celebramos 50 años de la creación de la Reserva Faunística de Punta Bermeja, más conocida como La Lobería, que tiene unas 2.100 hectáreas. La reserva fue creada para proteger la importante colonia de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens), que fueron perseguidos en el pasado a causa del valor comercial de su piel y la utilización de su grasa. Es una de las más destacadas del litoral costero, en temporada no reproductiva se han censado alrededor de 7500 individuos. También hay presencia de elefantes marinos y lobos marinos de dos pelos, toninas, orcas y en aguas más profundas, la ballena franca austral.  Los acantilados, la playa, son lugares únicos ya que durante la bajamar, se descubren piletones naturales: un balneario que se encuentra dentro del área protegida. Es la oportunidad de plantear una actividad económica con bajo impacto, como el turismo. Para eso también trabajamos: promoción y conservación que requieren atención sobre los resultados y una disposición total a aprender de los errores y los aciertos.


¿Cómo se trabaja en esa conservación?

Río Negro tiene 14 ares naturales protegidas provinciales, establecidas por la Ley Provincial 2.669.

En realidad las áreas provinciales ahora son 13, porque el año pasado el Islote Lobos pasó ser un Parque Nacional, por un trabajo conjunto de la Provincia y la Nación. Así que Rio Negro posee el primer Parque Nacional creado (Nahuel Huapi) y también el último (Islote Lobos), uno en la cordillera de los Andes y el otro en el litoral marítimo.

Islote Lobos es la pingüinera más al norte que tiene la Argentina. Entre ambos parques se ubica la Ruta Nacional N.23 , formando un corredor turístico y de conservación importantísimo no solo para la provincia sino para el país. En el centro de la provincia existe una área natural protegida de tres millones y medio de hectáreas, en la Meseta de Somuncurá. Allí existen especies endémicas de alto valor de conservación, al igual que unas 70 especies de aves, y mamíferos como el guanaco, zorros colorados y grises, maras, etc.

Las áreas protegidas provinciales en su mayoría cuentan con un Plan de Manejo y están monitoreadas por los guardias ambientales. Son aproximadamente 70 en toda la provincia y 70 más trabajarán en esta temporada de verano, dónde se espera una afluencia muy grande de turismo nacional. Tanto la población local como los turistas tienen que entender la importancia de las áreas protegidas, para eso también están preparados los guardias ambientales: para atender al visitante, informar y participar en la educación ambiental.

Todas las áreas son diferentes. Por ejemplo, en el área protegida Bahía San Antonio, conocida por la playa de Las Grutas, se requiere una importante protección por ser un área de descanso de aves migratorias. En la cordillera, en cambio nuestra principal preocupación es proteger los bosques nativos, está clasificada como Zona Roja de acuerdo a la Ley Nacional de Bosques y el riesgo de incendio es alto. Tenemos que aprender a convivir, a ser responsables ambientalmente.


Los guardias ambientales son también agentes de conservación y casi la mitad son mujeres.


¿Quién es Dina Migani ? 

Soy ingeniera química tengo tres hijos y cuatro nietos soy sanjuanina estudié en San Juan y me casé con un rionegrino (Félix, geólogo). Me considero rionegrina: mis hijos nacieron aquí y se educaron aquí. Vivimos primero en Ingeniero Jacobacci y después en General Fernández Oro, una localidad pequeña del Alto Valle.

Nos formamos en la escuela pública, mis hijos fueron a la escuela aquí, en esta provincia. Tengo estudios de posgrado en Higiene y Seguridad y en temáticas ambientales. También fui docente, presidente del Concejo Deliberante y trabajé en la actividad privada, siempre en temas ambientales. En 2014 me sume al equipo de Alberto Weretilneck (ex gobernador, actual senador por Rio Negro), quién me encomendó la cartera ambiental. Conozco bien la realidad ambiental de nuestro país, represento a Rio Negro en el Consejo Federal de Ambiente (COFEMA) desde hace dos años, y tengo el honor de ser la vicepresidenta acompañando a Santiago Azulay de la provincia de La Rioja, que es el presidente.

Los consejos federales son espacios de construcción de consensos, de pensar en políticas públicas a mediano y largo plazo, y también de atender las urgencias. Me siento muy comprometida a trabajar para mejorar la situación ambiental de nuestro país, para este tiempo pero también para las futuras generaciones.


¿Cuáles son los desafíos primordiales de la gestión?

El principal desafío a resolver es la educación ambiental, para que tomemos conciencia real de lo que debemos hacer. Así podremos lograr seres humanos educados ambientalmente. Otro tema a resolver son los residuos sólidos urbanos. Si bien solo aportan entre el 10 y el 20% de los gases que generan el efecto invernadero (GEI) requieren un fuerte trabajo en los municipios y es un tema muy presente en lo cotidiano, que si no se aborda correctamente generará muchos problemas en el futuro, tanto ambientales como sociales.

Otras actividades económicas son más complejas, pero ya tienen normativa específica, y están controladas en los diferentes procesos productivos. Pero el tema de los residuos sólidos, sigue siendo una asignatura pendiente.

Respecto a las áreas protegidas, son el legado de las generaciones actuales a las generaciones que vendrán, tenemos que gestionarlas bien, para que  se utilicen como mínimo, de la manera en la que lo podemos hacer hoy.

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