En Santa Fe, la izquierda también quiere un frente para ganarle a Cambiemos

Del Frade propone juntar “una selección de dirigentes” del FIT hasta el peronismo, con socialistas disidentes y radicales antimacristas para detener el avance de la ola amarilla en Santa Fe.

Mientras en la agenda veraniega se coló el debate, traccionado por el sector del ex gobernador Antonio Bonfatti pero resistido por el actual mandatario Miguel Lifschitz, de formar una alianza entre socialistas y peronistas para detener el avance de Cambiemos en la provincia, desde la izquierda surgen otras ideas.

Carlos Del Frade, diputado provincial del Frente Social y Popular -integrado por Proyecto Sur, el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MST)-dice que también sueña con un frente, pero distinto. El que imagina el periodista rosarino estaría conformado por todos los sectores con los que mantiene diálogo político, “desde el Frente de Izquierda hasta el peronismo”, y hasta espacios de socialistas y radicales disidentes con la conducción del Frente Progresista.

Anti

“Es necesario hacer un frente transformador, amplio, popular y mayoritario pero que se arme para ganar y para gobernar, tanto en el municipio de Rosario como en la provincia de Santa Fe. Por eso no me seduce tanto eso de que sea solo antimacrista, no me gusta eso de «anti»”, refiere en contacto con El País Digital. En su opinión, esa construcción debe “hacerse de a poquito, con mucha paciencia, tragando saliva, rompiendo los espejos. Pero tratando de pensar especialmente en la militancia, por los que todos los días ponen el cuerpo por las ideas que balbuceamos algunos que estamos en un lugar de enorme privilegio”, sindica.

En ese sentido, destaca la importancia del trabajo legislativo tanto en el Concejo Municipal como en la Legislatura provincial, “porque ahí ves hasta donde realmente se quiere transformar. Una cosa es lo que se dice y otra la que después se termina votando y termina pagando la gente”, apuntó en referencia a los reiterados episodios en los que el Frente Progresista recurrió a aliarse con el macrismo para sacar adelante algunas votaciones polémicas criticadas por su enfoque antipopular, como aumentos en el boleto urbano. “Hace dos años que los vemos desde adentro cómo gobiernan, cómo discuten, y cómo ningunean”, señala.

Sin embargo, cree que “si no tenemos voluntad de mayoría es difícil. El otro día le decía a gente del FIT que me daba mucha pena que no tuvieran representación, pero también entiendo por qué no se juntan con algunos sectores. Debe ser porque yo vengo de la muerte (NdR: tuvo un episodio coronario grave hace algunos años) y desde que volví algunas diferencias me empezaron a parecer secundarias. Nosotros hablamos con todo el mundo y no tenemos problema”, revela.

La selección

Para explicar su idea de frente, Del Frade recurre a una metáfora futbolística, usual en su repertorio. “Me gusta mucho la idea de armar una gran selección, rosarina o santafesina de dirigentes políticos y sociales que podríamos hacer un extraordinario movimiento de transformación, con lo mejor y más valioso que se pueda sacar de cada lugar”, dice.

Con respecto a cuáles serían los límites de la alianza, afirma que “no habría a priori, porque yo no tengo ninguna autoridad para tachar a nadie. Para armar un gobierno de la ciudad o la provincia hace falta muchísima gente. Es un pensamiento idealista que a alguno le podrá resultar estúpido. Pero en la calle, cada 24 de marzo (Día de la Memoria) o el 25 de noviembre (Día de la No Violencia Contra la Mujer) vos ves un espectro de fuerzas muy interesante que podría tener acuerdos”.

No obstante, dice tener asumido que se trata de un proyecto difícil. “Desde el 2007 hasta acá, cuando por primera vez fui candidato, soy de la idea de que los sectores que quieren cambiar la realidad están en todos lados, pero los sectores jodidos también. El egoísmo y el invidualismo nos recorren a todos. De hecho, el capitalismo está basado en dos principios filosóficos: el individualismo y el consumismo, y eso lo tenemos todos nosotros en mayor o menor medida. Y hay que verlo para saber hasta donde uno puede terminar siendo funcional”, reconoce.

Convocados

Respecto de la posibilidad de que la disputa pase por quién encabezaría electoralmente una alianza de ese crisol de fuerzas, Del Frade aclara que en el caso del Frente Social y Popular “no tenemos problema si nos toca estar décimos en una lista, o ni estar. Porque la verdad que me interesaría que haya un gobierno transformador en la ciudad, la provincia o la nación”. “Nosotros –continuó- dialogamos con mucha gente, desde el Frente de Izquierda hasta el peronismo, pasando por Rubén Giustiniani y Silvia Augsburger (NdR: socialistas que rompieron por izquierda con su propio partido) o Fabián «Palo» Oliver (radical del Frente Progresista)”.

Sorpresivamente, no incluyó a dirigentes de Ciudad Futura, con quienes reconoció no tiene diálogo “desde mayo del 2017, antes de la formulación de las listas”. “No hay rencor con ellos, de hecho considero que son una muchachada maravillosa (el partido está formado mayormente por jóvenes) pero no hemos vuelto a hablar y lo volveremos a hacer cuando sea necesario”, aclaró. “Por allí lo que hay que hacer es bajar los egos, primero los nuestros para que los demás también lo hagan”, agregó con picardía.

“Una selección es elegir dentro de cada espacio a los que mejor encarnen una idea, y digo que no tengo límites salvo que sea un torturador o un corrupto. Pero si mirás el radicalismo, gente que no tenga que ver con Cambiemos ¿Tiene que estar? Yo creo que sí. El límite lo ponen los hechos concretos. Por ejemplo, hace 10 años que proponemos que se le cobren Ingresos Brutos a las grandes exportadoras de cereal. Si vos me decís que no, no sos progresista, es verso”, disparó en alusión al rechazo de las gestiones socialistas de aplicar esa alícuota.

El PJ

En cuanto al peronismo, excluyó al sector de Alejandra Rodenas, actual diputada nacional y que ya se mostró interesada en competir por la Gobernación el año que viene: “Ella no quiere debatir conmigo”, reveló, y también borró a los gremios de la CGT que impulsaron la candidatura de la exjueza. “La UOM defiende los puestos de trabajo y la industria nacional, pero no permite democracia interna en el sindicato y ve a los compañeros delegados de la izquierda como si fueran más malos que el patrón. Así como hay mucha izquierda antiperonista, hay mucho peronismo antiizquierda”, caracterizó.

De todas formas, aclaró que “falta un montón” para el cierre de listas en 2019, y advirtió que lo que más le preocupa “es la dimensión social, los pibes que salen de la secundaria y no consiguen laburo, lo que va a aumentar la tarifa de la luz o el agua, la cultura de matarse que hay en los barrios vulnerables”, enumeró. “Esta agenda es la importante, pero después en los votos no llegamos al 3% y somos dos legisladores en una Cámara que tiene cincuenta”, admitió, y cerró con una aspiración en clave humorística: “Todo sería distinto si por lo menos fuéramos cuatro”.

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