Elecciones en Ecuador y Perú. ¿Hora de batacazos?

OPINIÓN. El día D electoral sudamericano vino con sorpresas de todo tipo. Pese que sobre el filo Chile pospuso su jornada electoral, Ecuador y Perú realizaron sus compulsas en pleno auge del Covid-19 con resultados muy distintos a los que preveían las encuestas.

Por Mariano Fraschini y Santiago García*


El día D electoral sudamericano vino con sorpresas de todo tipo. Pese que sobre el filo Chile pospuso su jornada electoral, Ecuador y Perú realizaron sus compulsas en pleno auge del Covid-19 con resultados muy distintos a los que preveían las encuestas. En Ecuador, el empresario Guillermo Lasso (CREO) venció al correísta Andrés Arauz (UNES) por una ventaja superior al 4% de los sufragios. En Perú un desconocido Pedro Castillo disputará la segunda vuelta con Keiko Fujimori, quien ya disputó la presidencia en varias oportunidades y es hija del presidente que gobernó el país entre 1990 y 2001. Una particularidad en estos procesos electorales es la ausencia de presidentes en ejercicio que compitan por su reelección, todo un símbolo del desgaste económico y sanitario.

A continuación realizaremos unas viñetas explicativas que intentarán analizar ambas elecciones a menos de 48 horas de las mismas.


Segunda vuelta en Ecuador  

  • El candidato de la derecha ecuatoriana Guillermo Lasso se impuso por 4.615.762 de votos, es decir, el 52,43% de los sufragios frente al (¿nuevo?) delfín de Rafael Correa, Andrés Arauz que alcanzó 4.187.835 un 47,57%. La diferencia entre ambos candidatos fue de 427.927 de votos.
  • En perspectiva comparada, el líder de CREO creció en 2.785.717 de votos, mientras el de UNES lo hizo en 1.154.082. Allí radica la principal explicación aritmética de la jornada electoral.


Variación de caudal votos entre primera y segunda vuelta, candidatos más votados



 
Candidatos

1ra Vuelta

2da Vuelta

Variación entre elecciones

Diferencia en votos

Obtenido

Lasso

1.830.045

4.615.762

152%

2.357.790

52,43%

Arauz

3.033.753

4.187.835

38%

1.154.082

47,57%




 

 


Fuente: elaboración propia en base a CNE

*Lasso creció casi una vez y media y logró aglutinar todo el espectro del anticorreísmo. Arauz, sólo incrementó su caudal en un 38%.  La diferencia entre ambos fue del 4.86% (427.927 votos).


  • Los votos nulos y blancos fueron 1.921.791, es decir, un 22% de los votos emitidos en la elección. En su mayoría respondieron al llamado del candidato que obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta, Yaku Pérez, quien conminó al pueblo ecuatoriano a optar por una estrategia de anular el sufragio.
  • La geografía electoral del voto (el grafico del final) evidencia que el electorado ecuatoriano repite sus opciones en forma deliberada: la sierra para Lasso, y la costa para Arauz. Al igual que en las compulsas anteriores, el voto duro de la derecha se encuentra en la sierra con epicentro en Pichincha (65% a 35% en favor del candidato neoliberal), y el correista en la costa, con centro en Manabí (66% a 33%) y Guayas (52% a 48%) ambas a favor de Arauz. Es probable (como se observa en el cuadro de abajo) que la diferencia obtenida por Lasso en Pichincha frente a la alcanzada por Arauz en Guayas (los distritos más grandes de Ecuador) explique a grandes rasgos las diferencias. A pesar del contundente triunfo del correísmo en Manabí, la cantidad de votos en ese distrito no se compara con las anteriores.                                                                                                



Resultados a Presidente a nivel provincial




 
Provincia
       Lasso 
           %
        Arauz
     %
Total
Diferencia en votos
Guayas

1.012.230

          47%

1.140.090

   53%
2.152.320
      -127.860
Pichincha

1.030.368

      65%

563.514

   35%
1.593.882
       +466.854
Manabí

606.736

          66%

311.131

   34%
  917.867
       -295.605







Fuente: elaboración propia en base a CNE


*La diferencia en votos entre los candidatos fue de 427.927 y la diferencia en Pichincha fue de 466.854

  • ¿Quién es Guillermo Lasso? El presidente electo ecuatoriano tiene un importante currículum político. La elección de ayer se trató de la tercera que disputó la primer magistratura andina (lo hizo en el 2013 y 2017 y siempre denunció fraude ante cada derrota -por paliza en la primera, más disputada la segunda-), posicionándose en términos ideológicos en el anticorreísmo. Muy cercano a ideas conservadores en materia social económica, banquero de profesión, desde donde llegó a presidir la cámara sectorial, integró el gobierno de Jamil Mahuad como ministro de Economía y fue el “ideólogo” de buena parte del plan económico del saliente gobierno de Lenín Moreno, con quien también supo tejer alianzas parlamentarias con el eje en el combate a la corrupción (eufemismo de persecución política) correísta. A los 65 años, finalmente, consigue el boleto hacia el Palacio de Carondelet en un contexto complejo de crisis económica y sanitaria, y de un parlamento en el que deberá enhebrar alianzas para alcanzar la mayoría. El correísmo es la primera minoría y Pachakutik lo continúa en cantidad de bancas. 
  • A pesar de la derrota (y un clima triunfalista que se extendió por toda la región) el correísmo no hizo una mala elección. Si lo analizamos desde la “foto” la derrota emerge como rocosa y desilusionante. Si en cambio se visualiza la “película”, el 47% de los votos obtenidos germina como una elección muy respetable. Perseguido y exiliado su líder político, con una buena parte de sus principales dirigentes encarcelados y/o proscriptos, con una candidatura que fue prohibida en más de cinco oportunidades y legalizada casi al filo de la fecha límite, con un clima de agresión a todo lo que olfatease al expresidente, puede indicarse que obtener casi la mitad de los votos en ese clima tan desfavorable no resulta ser un elemento que deba pasarse por alto o subestimarse en la vorágine de los datos duros. Es probable que una organización electoral más aceitada y una amplitud hacia el movimiento indigenista mayor al alcanzado, hubiese sido otra la historia de la elección, aunque lo dicho no salga de la lógica de lo contrafáctico. Partiendo de Maquiavelo, en este caso el resultado parece no explicarse por errores propios cómo es posible aplicar a otras experiencias electorales. El jugar con la “cancha inclinada” desde el inicio de la compulsa electoral explica, más que cualquier variable, las razones de una derrota anunciada. Y esto nos lleva al siguiente punto.
  • Un párrafo aparte merece el CNE, el árbitro de la elección. Los proyectos populares en la región atraviesan un momento de incertidumbre en materia electoral. Si bien las leyes, organismos y sus competencias están claramente delimitadas, la utilización de las mismas varía de acuerdo a quien logre “colonizarla”. Las interpretaciones, las dilataciones en la entrega de la información, la arbitrariedad de sus interpretaciones o dictámenes, jugaron en contra de la candidatura de Arauz. A diferencia de Bolivia donde a pesar de todas estas arbitrariedad el MAS pudo alzarse con la victoria, la disputa entre Lasso y Arauz, al ser más pareja, le otorgó al ente electoral mayores facilidades para influenciar en la elección. De todas formas, no existieron quejas por parte del correismo en relación al balotaje, tal vez, una forma de asumir que los “errores” de la fiscalización fueron producto de esa ausencia estructural de organización propia de un partido cascoteado desde el propio sistema político, económico y social.


Primera vuelta en Perú


  • Con más del 90% de actas procesadas, habrá segunda vuelta en Perú. Al igual que en las últimas cuatro elecciones en el país, el segundo turno electoral definirá la presidencia de la República.
  • En un escenario fragmentado como nunca en su historia, un ignoto dirigente sindical (de la educación) de izquierda (con posiciones tradicionales en materia de derechos humanos, de género y familia) José Castillo deberá medirse en una nueva elección frente a Keiko Fujimori. Uno de ellos dos será el próximo presidente del Perú.
  • Muy lejos de la performance electoral que preveían las encuestas Castillo superó el 19% de los sufragios, frente a la hija del expresidente que alcanzaba el 13,3%. Luego venía un pelotón de seis candidatos que se repartieron el 50% de los votos (desde Hernando de Soto que se situaba en el tercer lugar con el 11,6% hasta Daniel Urresti con 5,6%) evidenciando de forma notable la hiper-fragmentación que primó en esta elección. Un 17% de los electores optó por anular su voto y votar en blanco dando rienda suelta a un el paisaje electoral fraccionado, en el que ningún candidato logró concitar un atractivo suficiente.

                

 

A diferencia de las otras compulsas electorales para decidir presidente, en esta ocasión el ganador de la primera vuelta no superó el 20%. Habría que consulta con los especialistas en historia electoral sudamericana para verificar si se trata (o no) de la elección en que el triunfador lo hace con un porcentaje tan diminuto. En lo que hace a la historia electoral de Perú si lo es, al menos desde el retorno a la democracia en 1980.

  • ¿Quién es José Pedro Castillo? Muchos y muchas interesados en la elección peruana se habrán formulado esa pregunta por estas horas. Fuimos a buscar respuesta en el especialista y uno de los más lúcidos analistas del proceso político peruano Carlos Adrianzen, y nos comentó que: “Castillo  ingresó a la escena política nacional en 2017 cuando lideró la huelga docente contra el gobierno de PPK. Esa huelga también fue una rebelión de las bases del sindicato docente contra la conducción nacional del gremio. Castillo pertenece también a las rondas campesinas, una organización con amplia presencia en las zonas rurales del país y que funciona como un cuerpo de seguridad y de justicia comunal Al igual que muchos otros políticos Castillo ha pasado por un montón de partidos políticos ha sido militante de “Perú posible”, el partido que llevo al poder a Alejandro Toledo”.
  • Para Kekio Fujimori será la tercera oportunidad para llegar a la primera magistratura. Derrotada en los balotajes de 2011 y 2016 por muy poco, (en la última elección inclusive venció en la primera vuelta a PPK con el 40%) y se encuentra ante una oportunidad histórica de convertirse en presidenta. Enfrentará a un político que hasta hace una semana no aparecía en el radar de la opinión pública (parece que sí de una porción de los votantes), y que no cuenta con la experiencia de Fujimori en esta instancia trascendental para el país. Sin embargo, Keiko es una figura que divide a la sociedad peruana, concitando un rechazo importante a su figura, en un contexto donde la opción política afincada en la concreción de nuevos rumbos parece ser el sentir mayoritario. Como en el caso de Lasso ¿La tercera será la vencida para Fujimori?      
  • A pesar de que la Constitución del país es clara en cuanto a la fecha de la segunda vuelta, los 30 días que el texto sugiere para la realización de la misma será extendido para el domingo 6 de junio. Es decir, Perú votará su próximo (a) presidente (a)  en casi dos meses, un tiempo más que suficiente para que pueda suceder de todo. Será una incógnita cómo se colocará de la cara a esta elección el ignoto Castillo y de qué manera lo hará Keiko para intentar desinflar su imagen negativa en una porción importante del electorado.
  • De acuerdo con los analistas, el voto a Castillo no parece de fácil deglución. Al igual que el proceso electoral del 2011 la cartografía  electoral de su apoyo repite la de todas las fuerzas políticas “contestatarias” que han pasado a segunda vuelta, dribleando desde la sierra al centro y al sur (en donde el líder de PP se hizo fuerte). La segunda vuelta, entonces, se presenta como una instancia en donde se pondrá en juego la Constitución de 1993, creada por el padre de Keiko luego de eliminar el Congreso nacional el año anterior. La promesa de Castillo de un cambio constitucional, y la de Keiko de mantener el status quo de la carta magna, tendrá en el balotaje una disputa que excede lo institucional.
  • El parlamento unicameral peruano, también fragmentado tendrá once partidos representación legislativa, alcanzando el partido de Castillo 32 de las 130, todo un lastre en vistas a una voluntad trasformadora como la que intenta encarnar el candidato ganador en primera vuelta. El partido de Fujimori con 24 tampoco está en las mejores condiciones de defender la constitución vigente, si un conjunto de partidos avanza con un cambio de la carta del 93. Pero falta mucho para que el desenlace electoral se produzca y los candidatos ingresen de lleno en la pista del balotaje.  


Distribución de Congresistas por fuerzas políticas – 2021-2026

     


Culminó el 11A, sin el concurso electoral chileno, pero con novedades para la región. Por un lado, Ecuador continúa en la senda del neoliberalismo, evitando que la izquierda regrese luego de cuatro años de descalabro económico, político y social. El correísmo no podrá ser ninguneado nuevamente y calificado como un actor antisistema luego del 47% obtenido en el balotaje. En Perú, un dirigente de la izquierda, tradicional en materia de género y una incógnita a develar de cara a los próximos meses, se posesiona como un candidato que parece encarnar el alto grado de insatisfacción de la población con el neoliberalismo inaugurado por Alberto Fujimori en 1990. La tarea de Keiko, la hija de precursor de dicho esquema económico en el país, será la de salvaguardar el principal legado de su padre.

El mes que viene la estación electoral parará en Chile, mientras el 6 junio serán las de gobernador en México. Y, por supuesto, la presidencial de Perú. 


* Autores de “Liderazgos en su laberinto. Como ejercen el poder los presidentes sudamericanos del siglo XXI” de Editorial Prometeo, próximamente en Librerías. 

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