Elecciones en Bavaria: la pérdida de poder de los partidos tradicionales

Por: Horacio Lenz

Un escenario preanunciado se manifestó el último domingo en las elecciones del Estado Federal de Baviera. La CSU (conservadores) registró la peor elección desde 1958 y es probable que no pueda formar gobierno, en solitario, por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial.

El líder socialcristiano bávaro (CSU) y ministro del Interior Federal en el gobierno de Ángela Merkel, Horst Seehöfer, es el responsable político de llevar al tradicional partido de centro derecha a esta situación, producto de correr la ideología hacia la derecha, pero olvidando valores solidarios que también caracterizan a esta organización partidaria.

Con el actual escenario electoral, el CSU es primera minoría pero tiene dificultades para construir mayoría parlamentaria y continuar de manera pura en el ejercicio del gobierno, pero también es lejano que la oposición en su conjunto logre construir una coalición y gobernar Baviera, por primera vez, desde la Constitución Federal de 1948.

Sin embargo, cabe la posibilidad de que el rutilante Partido Verde acceda al gobierno en coalición con la conservadora CSU. Tienen poco en común, pero en política energética limpia comparten comunión de ideas y, además, los verdes (Die Grūnen) traerían a la coalición la idea social olvidada por la CSU.

Las mesas de negociación cumplen los primeros pasos. En el escenario de "desorden" del sistema político de este Land (Estado), la representación electoral que consiguió el Partido Verde (Grünn Patai) —con el 20% de los votos— lo ubicó en el segundo lugar de las preferencias. Ellos supieron conquistar la totalidad del electorado ambientalista y una porción importante del voto de centro izquierda, pero lo más llamativo es que se llevaron parte del voto conservador católico, que es mayoría en Baviera. Lo conquistaron apelando a posiciones opuestas a los ultraderechistas del AfD pero también poniendo en consideración electoral valores cristianos con el cuidado del paisaje y la frase cristiana del "amor al prójimo", en respuesta al debate migratorio.

Lo que cabe preguntarse es cuáles serán los efectos de los resultados electorales bávaros para el gobierno federal de Angela Merkel. Se estima que el impacto será casi total. Implicaría que el principal aliado del espacio de centro derecha de la Canciller pierda el liderazgo monopólico del principal Estado Alemán, lo que provocará el tsunami de consecuencias políticas que toda derrota electoral genera.

El otro partido nacional, los socialdemócratas del SPD consiguieron el noveno peor resultado de las elecciones regionales y han perdido casi la mitad de su base electoral en cada una de ellas. Los climas electorales adversos destapan todas las miserias de la política y ninguna de sus virtudes.

Los dos grandes partidos de la posguerra, el Conservador CSU y la centro izquierdista SPD, entrarán en fase crítica al interior de sus organizaciones y el debate con pujas internas será lo cotidiano. El futuro, en el sistema político alemán, ya entró a escena. Solo falta saber cómo continúa.

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