El poder de una idea

OPINIÓN: Finalizaron las Jornadas Monetarias y Bancarias del Banco Central.

Foto: Ámbito


La semana anterior finalizaron las Jornadas Monetarias y Bancarias del Banco Central. De manera impecable fueron organizadas en esta nueva virtualidad haciendo posible que todos los interesados puedan acceder a ponencias de grandes economistas entre ellos Marc Lavoie, de la Universidad de Ottawa, Jan Kregel, exalumno en Cambridge (Inglaterra) y actual profesor del Levy Economic Institute (LEI), Randall Wray, ex profesor de la Universidad de Kansas y actualmente en LEI y Maria. C. Marcuzzo profesora de la Universidad de Roma, por citar algunos de ellos. Ergo, difícil e improbablemente hayan sido confusas las ideas expuestas por los mismos, así como su hilo conductor común a la hora de pensar los procesos económicos, sus causas y consecuencias.

Muchas veces cuando conversamos, los seres humanos, nos referimos a las cosas como si fueran verdad y creemos que son así para todos. Sin embargo, gran parte de dichas conversaciones están repletas de interpretaciones y no de hechos. Por ejemplo, que las jornadas monetarias arriba mencionadas fueron impecablemente organizadas, es una interpretación que existe “a través de mi”. Por otro lado, que los profesores mencionados fueron panelistas de la misma es un hecho que existe “a pesar de mi”.

 A la hora de pensar la política económica, la distinción entre hechos e interpretaciones, causas y consecuencias es fundamental. Dado que dependiendo cómo se analicen los diferentes acontecimientos, dependerán las medidas y decisiones de política para afrontarlos. Por ejemplo, si se interpreta que los Argentinos estamos obsesionados con el dólar probablemente sería útil que acudamos a una sesión de terapia. Ahora bien, si se interpreta que pensamos en el dólar para conservar el poder adquisitivo y/o riqueza acumulada por ejemplo, quizás es mejor analizar y evaluar los diferentes rendimientos entre los activos utilizados como reserva de valor para entender nuestra “obsesión”.

¿Cuál será la interpretación dominante para la mayoría? ¿Qué interpretación será ampliamente difundida en la sociedad? No siempre dependerá de quién tiene la verdad, sino que a veces estará sujeta a quién tiene el poder para imponer su verdad. Así es posible arraigar ideas, volverlas persistentes y resistentes, aferradas a la mente por años e incluso décadas, como si fueran naturales a la mente humana. Cuando en realidad, pueden perfectamente ser solo una interpretación fuertemente arraigada y no un verdadero hecho.

Por dicha razón, el discurso de los hacedores de política económica es importante que sea cuidadosamente seleccionado. Discursos para agradar a una minoría o mayoría, pueden difundir interpretaciones y no hechos que luego se vuelven no fáciles de erradicar. Interpretar problemas de restricción externa, caída de exportaciones, demanda de dólares y nivel de reservas, entre otros, erróneamente puede no solo tener un impacto a corto plazo, sino también en el largo. No solo por las consecuencias propias de las decisiones implementadas a partir de dichas ideas, sino también por el poder propio de las mismas y de aquellos que tienen el poder para difundirlas.

Para terminar, vemos un ejemplo reciente de este fenómeno descrito. Probablemente algunos de los lectores de este artículo estén familiarizados con los economistas inicialmente mencionados. Muchos otros, será la primera vez que escuchan sus nombres. Ahora bien, probablemente ambos grupos de lectores estén familiarizados con una de las frases de uno de los panelistas de las jornadas y difundida ampliamente en los medios de comunicación: “Exceso de pesos…”. ¿Por qué habría un exceso? ¿Exceso con respecto a qué? ¿Puede existir un exceso? ¿Qué implica que haya un exceso? Son algunas preguntas no formuladas, aunque no triviales, que muchos de los panelistas buscaron responder a lo largo de su carrera y es importante formularlas, para tener una distinción entre hechos e interpretaciones en la política económica.




Sobre el Autor


Silvio Guaita. Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, Martillero Público y Corredor Inmobiliario de la Universidad de Morón y Magister en Economía en la Universidad de San Andrés.

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