El mundo del revés o quién es el demócrata

Rusia ataca a Ucrania. China ataca a Taiwán. La subversión apátrida vuelve a levantar cabeza en Brasil, Chile, Perú, fomentada por la política terrorista venezolana y la tradicional expansión imperialista cubana.

Rusia ataca a Ucrania. China ataca a Taiwán. La subversión apátrida vuelve a levantar cabeza en Brasil, Chile, Perú, fomentada por la política terrorista venezolana y la tradicional expansión imperialista cubana.

En Afganistán los talibanes no están aprovechando las lecciones de democracia que le dejaron los infantes norteamericanos. El sudeste asiático le pide gentilmente a Washington que no se meta en lo que no debe. En el Medio Oriente el autocrático Putin engatuza saudíes, sómalos, a egipcios y… ¡hasta israelíes!

El asesino príncipe saudí Mohammad bin Salman Al Saud se junta con el otro asesino (Joe dixit) de Vladímir Putin y obligan a que el petróleo siga con los precios que conviene a los países de la OPEP+ y no a las famélicas petroleras norteamericanas.

Alemanes y franceses se hacen los distraídos creando sus propias fuerzas conjuntas y pegándole otra sacudida a la decrépita OTAN. El “Nord Stream-2” ya no sólo está listo para poner gas en el aterido inverno europeo, sino que obnubila a la Merkel y sus sucesores, que abre conciliadores sus agotados reservorios para el barato gas siberiano. El insoportable turco Recep Tayyip Erdoğan sigue comprando el sistema antimisilístico SS-400 a los rusos.

El reconocido Guaidó desfallece y desaparece ante el indestructible “súperbigote” Maduro, que inconmovible sigue destrozando la tradicional y accesible democracia venezolana y sin entregar sus riquísimos yacimientos petroleros a las heroicas EXXON o CONOCO…

Para colmo de males, los inagotables terroristas cubanos ahora ya tienen la “Soberana” cubriendo toda la isla y, además, comenzaron a exportarla a otros países. Con lo cual, junto con la venenosa “Sputnik V” están privando a las honestas Pfizer, AstraZeneca, Moderna y otras democráticas y occidentales, de un negocito de… cien mil millones de dólares anuales.

Y ni hablar de esta ONU subversiva que sólo aprueba declaraciones en defensa del orden y el derecho internacionales y contra la política “salvadora de la democracia”, algo que en Washington intentan impaciente e infructuosamente de reemplazar imponiendo a sangre y fuego el respeto por reglas dictadas por… Washington.

Menos mal que: a) los grandes países aliados como Letonia, Gruzia (en “occidental” Georgia, la que está entre Rusia y el Mar Negro, “democratizada” por el egresado de Columbia Miguelito Saakashvili) y la propia Ucrania del conductor de shows televisivos Volodimir Zelenski, reclaman la presencia de tropas norteamericanas en las fronteras con Rusia; b) la convocatoria a la “cumbre de la democracia” han sido excluidos notorios países totalitarios como China, Rusia, Venezuela, Turquía, etc. c) el FMI todavía responde a las legales sugerencias de su accionista mayoritario y sigue reclamando políticas de ajuste duro (aunque, de verdad, esa Kristalina es búlgara, por lo tanto es comunista y, por lo tanto, hay que sacarla cuanto antes).

¡La fin del mundo!

En esta semana, el “somnoliento Joe” tendrá otra vez que someterse a la tortura de una reunión virtual con su castigo, Vladímir Putin. Ya no podrá, lamentablemente, enrostrarle al zar del Kremlin la injerencia rusa en los comicios occidentales porque se comprobó que era al revés y es que la CIA se metió en las recientes parlamentarias rusas. Tampoco podrá negociar con el “Nord Stream 2” y la provisión de LNG norteamericano a Europa porque: a) el gasoducto ya está construido y b) no hay LNG norteamericano suficiente para abastecer a Europa (por el contrario, los Estados Unidos están haciendo compras récord de crudo ruso). También tendrá que justificar la no convocatoria de Rusia y China a la “cumbre de la democracia”. Y además, el zar del Kremlin va dispuesto a comprometer a Joe a no expandir las tropas de la OTAN hacia las fronteras rusas, algo en lo que ya están muy adelantados los estrategas del Pentágono, alertados por versiones que afirman que Berlín vería con buenos ojos la evacuación de las bases norteamericanas en territorio alemán.

Y de nada valdrán, entonces, las retóricas indignadas de los grandes medios, que acusan a Rusia de expansión militarista… en el territorio ruso mientras todos los días sobrevuelan las fronteras rusas aviones espías de la OTAN y sus navíos cumplen maniobras provocativas en el mar Negro. Que denuncian maniobras navales chinas… en el mar de China o arteros patrullajes de botes de la guardia revolucionaria iraní… en el estrecho de Ormuz, cuando la poderosa V flota norteamericana permanece en el Golfo Pérsico. Que advierten sobre infiltraciones terroristas venezolanas… en Venezuela mientras mantienen bases militares en Colombia. Que se alarman por la expansión turca en… Estambul…

Es preocupante, realmente, constatar que estas estúpidas invenciones mediáticas sean generadas o recogidas por determinados gobiernos. Nunca es bueno tensar la cuerda. Pareciera que estos inconscientes no supieran que si la cuerda se rompe, si se sobrepasa la “línea roja” sobre la que advierte Putin, las consecuencias serán incalculables para toda la Humanidad.

Es el momento para terminar de restablecer las normas del derecho internacional fijadas por la Carta de las Naciones Unidas, que rescatan el derecho de los pueblos a su autodeterminación, el respeto a la no injerencia en otros países, la consolidación de la política de coexistencia y relacionamiento como norma de convivencia entre estados. La crisis estructural del capitalismo mundial no se salva con más agresión imperialista, ni con nuevas sanciones y restricciones contra las decisiones soberanas de los demás países. Eso ya quedó demostrado.

El mundo multipolar es una realidad. Las decisiones de las nuevas alianzas interregionales y la unificación de sus posiciones en organizaciones internacionales como la ONU, el G-20, la OMS o el propio FMI cambian irreversiblemente los centros de poder mundial. Esos nuevos factores son los que impiden, detienen y esterilizan los intentos intervencionistas provocados por los grandes centros monopólicos. Ya no existe la United Fruit y su invasión a la Guatemala de Arbenz. Ni Bahía de Cochinos. Ni la invasión asesina contra Irak. Ni la destrucción de Libia. Ni siquiera se sostiene la política intervencionista que fomenta golpes de estado como en Bolivia.

Lo dejó en claro el fundamental artículo que los embajadores ruso y chino en Washington publicaron en “The National Interest”. Los diplomáticos advierten que los intentos de estos centros monopólicos de imponer un modelo excluyente de sociedad son “producto evidente de su mentalidad de Guerra Fría, esto avivará la confrontación ideológica y una ruptura en el mundo, creando nuevas ‘líneas divisorias’. Esta tendencia contradice el desarrollo del mundo moderno. Es imposible evitar la configuración de una arquitectura policéntrica global, pero podría forzar el proceso objetivo. China y Rusia rechazan firmemente este movimiento… La paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad son valores comunes de la humanidad. La democracia no es una prerrogativa de un determinado país o de un grupo de países, sino un derecho universal de todos los pueblos”.

Está muy bueno reclamarle al FMI que informe sobre los motivos del préstamo increíble a Macri. Eso es una demostración de soberanía que debe continuarse con una presentación judicial incriminando a los responsables de tal préstamo, marcados por el informe mismo del Fondo. Sin dudas, todos lo sabemos, se trata de una deuda espúrea que sólo produjo la salida de grandes capitales hacia paraísos fiscales. La conclusión de ese acto de soberanía es resolver quién se hará cargo de la deuda, que no es el Estado Nacional, sino quienes conspiraron para contraerla. Es un acto doloso y como tal debe ser tratado.

Forma parte de una línea política internacional auténticamente independiente y armónica con el desarrollo de ese mundo multipolar al que la Argentina debe pertenecer. Solidario entre sus componentes y alistado para la defensa integral de sus miembros. Algo con lo que el gobierno nacional debería estar consustanciado porque es la esencia de la doctrina de la Tercera Posición, legada por Juan Domingo Perón.

Esa es, en nuestro planeta, la única posibilidad real de preservarlo, tanto de la ruina ecológica y las amenazas pandémica como de la demencia bélica. Estas calamidades tienen un común denominador, sin ambages y cortapisas: la acción de un poder retrógrado, imperial e irracional que se empeña en no dejarnos en paz.

Diarios Argentinos