El hambre, la FAO y Rusia, nuevo gráfico mundial

Entrevista a Vladímir Rajmanin, Director General Adjunto de la FAO y Representante Regional de la FAO para Europa y Asia Central, tomando como tema central el hambre en el mundo y cómo combatirla.


Traducción y adaptación Hernando Kleimans


“International Affairs” es el órgano oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Publicación más que centenaria, su prestigio trasciende a todo el mundo. “IA” entrevistó a Vladímir Rajmanin, Director General Adjunto de la FAO y Representante Regional de la FAO para Europa y Asia Central, tomando como tema central el hambre en el mundo y cómo combatirla.


“IA”: La comunidad mundial, de acuerdo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sustentable adoptada por la Asamblea General de la ONU, debe alcanzar para esta fecha el segundo Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODS-2): eliminar el hambre como fenómeno. ¿Podrán las Naciones Unidas anunciar en nueve años que se ha cumplido esta noble y ambiciosa super tarea?


“VR”: La escasez de alimentos a largo plazo ha provocado una pérdida masiva de vidas y, lamentablemente, sigue siendo uno de los principales problemas mundiales. El hambre es un flagelo que ha sobrevivido a muchos de los flagelos del pasado, como las epidemias de peste, viruela y cólera.

Sin embargo, los gobiernos, el sector privado, el mundo académico, las organizaciones de la sociedad civil y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con su escudo de armas con la inscripción "Fiat panis" - "Hágase el pan", han logrado al menos tres resultados positivos.

En primer lugar, la atención a los sistemas agroalimentarios en la práctica se ha convertido en una prioridad invariable para el desarrollo socioeconómico de casi todos los países que aprovechan activamente las ventajas de la cooperación internacional en este ámbito.

En segundo lugar, los esfuerzos para mejorar los sistemas agroalimentarios, incluida la "revolución verde" que desempeñó un relevante papel, condujeron a que la producción de alimentos se desarrollase a un ritmo más rápido que el crecimiento de la población. Hoy, la cantidad total de alimentos producidos por todos los países es suficiente para alimentar al planeta.

En tercer lugar, ha habido un progreso innegable en la reducción del número de personas con desnutrición crónica. Según las estadísticas de la FAO, si en 2010 alrededor de 925 millones de personas pasaban hambre en el mundo, en el último año "precovid", el número se había reducido a 690 millones. Sin embargo, la tendencia de los últimos años es muy alarmante.

Podría haber menos gente hambrienta, pero la situación se ve agravada por conflictos internos o guerras civiles que conllevan la destrucción del sector agrícola, lo que genera flujos de refugiados errantes, sobreviviendo con ayuda humanitaria de las estructuras de la ONU. Son igualmente perjudiciales los fenómenos meteorológicos extremos y las crisis económicas y financieras mundiales como la que estalló en 2008. Una combinación de todos estos factores a menudo produce un efecto acumulativo perjudicial.


“IA”: ¿La pandemia de coronavirus ha agravado la situación?

“VR”: Por supuesto. Las restricciones debidas a la lucha contra la propagación del coronavirus han ralentizado la cosecha, incluso debido a las dificultades para contratar trabajadores temporarios. El cierre de fronteras ha provocado muchas interrupciones en las cadenas de suministro, lo que obligó a los fabricantes a reciclar, es decir, simplemente tirar los alimentos perecederos. Como resultado, en muchas ciudades los residentes se vieron privados del surtido habitual de productos frescos.

Los bloqueos introducidos, aunque temporalmente, provocaron una disminución de la actividad económica. El desempleo ha aumentado. Todo esto condujo a una reducción de los ingresos y del poder adquisitivo de los hogares. La escasez relativa de alimentos ha hecho subir los precios. Según las previsiones del Banco Mundial, esta crisis sistémica podría hundir hasta 100 millones de personas en un estado de “pobreza extrema”. Las nefastas consecuencias de la pandemia son multifacéticas. Así, una disminución del PIB mundial de solo un 1% conduce a la aparición de otros 700 mil niños con retraso en el crecimiento.

A fines de 2020, la pandemia había aumentado en 130 millones el número de personas que padecen hambre en el mundo. Como resultado, entre 720 y 811 millones de personas mueren de hambre en el mundo de hoy. La aritmética simple muestra que para alcanzar el ODS 2 en 2030, tendremos que reducir anualmente su número en 70-80 millones. Es evidente que este resultado no se logrará al ritmo actual.


“IA”: ¿Es hora de hacer sonar la alarma?

“VR”: Es necesario tomar decisiones responsables y enérgicas que mejoren la eficiencia de la producción, procesamiento y suministro de alimentos desde el campo hasta el mostrador, desde el puesto hasta la mesa. Es por eso por lo que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tomando la iniciativa de la FAO, anunció la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios que se celebró en septiembre de 2021 como parte de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU.

La conciencia del papel de los sistemas alimentarios es una especie de salto cuántico en la comprensión de las funciones para la economía y la sociedad mundiales de este sector crítico de la economía, que, entre otras cosas, es el mayor empleador del mundo.

A pesar del uso de tecnologías avanzadas, carne vegetal artificial y otros productos sintéticos en los estantes, la gran mayoría de los alimentos del mundo se producen de forma natural. Es necesario invertir en nuevas tecnologías en cadenas de frío, mejorando la seguridad alimentaria y la trazabilidad. Obviamente, no todos los paquetes, sino lotes de productos que utilizan tecnología blockchain.

Y finalmente, el recurso más grande y asequible para eliminar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria es la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos que se puede lograr con el uso de tecnología moderna.


“IA”: ¿Por qué se celebró la Cumbre Preliminar en Roma del 26 al 28 de julio, en vísperas de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios de septiembre?

“VR”: Fue una especie de "cumbre del pueblo". Aunque el gobierno italiano se hizo cargo de la formación técnica y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, siguió siendo la figura clave, el foro se convirtió en una plataforma para el intercambio de opiniones de todas las partes interesadas sin excepción. Reunió a agricultores, jóvenes, líderes de opinión indígenas, activistas de la sociedad civil, científicos investigadores, el sector privado y políticos y ministros responsables de agricultura, medio ambiente, salud, nutrición y finanzas.

Además, la pre-cumbre también proporcionó una plataforma para los grupos socialmente marginados, brindándoles la oportunidad de contribuir al proceso preparatorio de la Cumbre de la ONU. Proporcionó información sobre los últimos enfoques basados en la ciencia para transformar los sistemas alimentarios de todo el mundo.


“IA”: ¿Qué propone la FAO para abordar toda la gama de desafíos relacionados con la seguridad alimentaria?

“VR”: La FAO, como “organización del conocimiento”, como agregador de “mejores prácticas” (que en un momento se denominó “experiencias de avanzada”), apoya a todos sus miembros en la creación de sistemas alimentarios inclusivos, eficientes y sostenibles. En nuestros socios incluyen no sólo los gobiernos, sino también el sector privado, estructuras de la sociedad civil, asociaciones regionales y plataformas que están comprometidas con la idea del desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: social, económica y ambiental.

La FAO ha decidido centrarse en seis áreas prioritarias. Estamos comprometidos a avanzar en cada uno de ellas, conduciendo a sistemas alimentarios más eficientes e inclusivos. Se trata del comercio y la agroindustria con un enfoque en inversiones en cadenas de valor sostenibles. Una agenda alimentaria para ciudades. El enfoque integrado de una sola salud, que presupone el mantenimiento de la salud humana, animal y vegetal y la seguridad alimentaria. Sistemas alimentarios sostenibles en los pequeños Estados insulares en desarrollo. La iniciativa mundial para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. El diálogo global y la asociación para sistemas alimentarios sostenibles.

La 42.a reunión de la Conferencia de la FAO, su máximo órgano de formulación de políticas, celebrada a mediados de junio, aprobó el nuevo Programa Estratégico de la FAO 2022-2031. En el centro del documento estaba el desafío de avanzar hacia sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos y sostenibles para mejorar la producción, la nutrición, el medio ambiente y una vida mejor, de modo que nadie se quede atrás o excluido.

Para implementar esta estrategia, la FAO utilizará cuatro “aceleradores” de movimiento: tecnología, innovación, uso de bases de datos y factores adicionales (sistema de gestión, capital humano y estructuras ejecutivas). Se han identificado 20 áreas prioritarias de acción en las que la FAO tiene una ventaja comparativa sobre otras organizaciones, lecciones aprendidas y capacidad para producir resultados.


"“IA”": ¿Cuáles son los objetivos de los organizadores de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios?

“VR”: Los objetivos están determinados por los desafíos que enfrenta la humanidad. Para 2050, necesitaremos un suministro de alimentos garantizado para casi 10 mil millones de personas en el mundo. Esto es posible solo en un caso: si cambiamos radicalmente los métodos de producción, procesamiento, comercio y consumo de alimentos.

La FAO espera que la Cumbre proponga soluciones concretas para transformar los sistemas alimentarios y crear conciencia mundial sobre los desafíos que enfrentamos. Los participantes del foro podrán contribuir al desarrollo de principios que deberían guiar a los gobiernos y otras partes interesadas que estén dispuestas a utilizar sus sistemas alimentarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En particular, para acabar con el hambre, garantizar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición y promover el desarrollo agrícola sostenible (ODS 2) y construir un mundo más justo.

La FAO espera construir nuevas coaliciones, alianzas y asociaciones a lo largo del camino, movilizar donantes, encontrar nuevas fuentes de financiación y atraer inversiones públicas y privadas.


IA”: ¿Cuál es el papel de Rusia en la implementación del ODS 2 y la transformación de los sistemas alimentarios?

“VR”: El mundo está cambiando y Rusia está cambiando con él. Hace diez años, el paradigma de desarrollo de la industria agrícola rusa era completamente diferente: se creía que su contribución a la seguridad alimentaria mundial se limitaba a proporcionar alimentos para su propia población. Hoy Rusia se ha transformado en un granero mundial, convirtiéndose en el mayor exportador y, por tanto, en el principal actor del mercado mundial de cereales.

El año pasado, a pesar de las condiciones desfavorables asociadas con la pandemia, las exportaciones agroalimentarias rusas crecieron un 20% y alcanzaron los $ 30.5 mil millones en términos de valor.

 La FAO acoge con satisfacción esta tendencia y espera que continúe en el futuro. Al mismo tiempo, no debemos olvidar que el nuevo papel y propósito de Rusia también presupone una responsabilidad global. La FAO espera que Rusia cumpla con esta misión de manera responsable, en interés de su pueblo y de toda la humanidad, y de ese modo haga una contribución significativa a la eliminación del hambre en el planeta.

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