Crecimiento o volatilidad cambiaria

OPINIÓN. Llevamos algunas semanas distraídos de la pandemia atendiendo al comportamiento del dólar (paralelo). ¿Cuán mal están las reservas? ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de especulación en el actual contexto? Se esperan anuncios en el frente comercial.


La economía argentina parece no querer esperar a la vacuna para traer al frente sus problemas usuales con el tipo de cambio. En las últimas semanas las reservas del Banco Central aceleraron su ritmo de caída hasta alcanzar un promedio de USD -40 millones diarios. La cifra no es alarmante en relación con otros episodios de stress cambiario característicos de nuestra normalidad financiera, pero no hay (ni hubo casi siempre) perspectivas a la vista de dónde puedan ingresar dólares netos. En eso se prepara para trabajar el gobierno.

Recordemos, el saldo comercial externo apenas llegó a USD 1.400 millones en junio, es decir, necesitaríamos dos superávit comerciales para mantener estabilizadas las reservas dado su actual comportamiento. Esto en un escenario “favorable” respecto de otra típica norma del comportamiento argentino que es el constante aumento de las importaciones. Estas cayeron -23% respecto del acumulado enero-junio de 2019 mientras las exportaciones se torcieron en -18%, dando lugar al superávit externo.

Hay quienes comparan los datos de INDEC que acabo de mencionarles con la fuente cambiaria del BCRA y advierten que la caída de las importaciones es un tanto menor: hay más venta de dólares para importar que entrada de mercaderías, es decir, se adelantan (o sobrefacturan) pagos especulando con una devaluación. Casi no hace falta aclararlo, pero quiénes también están especulando son los exportadores de soja que no liquidan buena parte de los despachos.

El 40% de las importaciones argentinas son máquinas, válvulas, reactores empleados en la industria, material eléctrico, computadoras, piezas para la industria automotriz y combustibles. Productos de difícil sustitución, en muchos casos porque no existen en el país las capacidades tecnológicas para fabricarlos; pero en otros (donde sí las hay) debe apelarse al camino de la negociación (que tampoco es sencillo) con grandes empresas multinacionales que buscarán incentivos para modificar sus cadenas globales de producción.

Un ejemplo sobre el que actualmente trabaja el Ministerio de Desarrollo Productivo es la industria automotriz. Kulfas mantiene conversaciones con empresarios y sindicalistas del sector para ampliar la frabricación local y reducir el componente importado (que se lleva unos USD -10.000 millones por año si la economía crece). Los lineamientos se vienen discutiendo hace tiempo. Para impulsar la fabricación local preven créditos subsidiados con condiciones de repago favorables.

Otro sector que entraría en agenda es el de agro-alimentos, donde figuran intercambios desiguales pese a que el país cuenta con claras ventajas comparativas.

La visión estratégica de “generar dólares para que el crecimiento sea sostenible” involucra también a la balanza energética (que se lleva alrededor de USD -4.000 millones por año de crecimiento, aunque es bastante volátil) y las negociaciones que actualmente mantiene Cancillería con representantes del gobierno chino para exportar carne de cerdo procesada (¿a cuánto podemos apuntar con este proyecto? algo menos que las exportaciones vacunas por USD 3.000 millones al año).

Cabe advertir lo siguiente respecto a las exportaciones y al volúmen del comercio mundial: desde el año 2019 (pero si hilamos más fino podemos remontarnos aún más lejos) el volúmen comercializado viene cayendo abruptamente; la economía mundial había entrado en un estado de coma previo a la pandemia y nadie espera una euforia mercantil el año próximo. De modo que no debemos pecar de optimistas en este frente. Sí, habrá que ser prudentes con las importaciones y estrictos con las finanzas.

¿Por qué en unas pocas semanas por momentos olvidamos la pandemia para preocuparnos nuevamente por el tipo de cambio? Como todo trascendido mediático esto tiene una base real y otra imaginada. Aumentó el número de personas que compra USD 200 para ahorrar, es verdad. El resto son especulaciones: el aumento de la brecha cambiaria y el supuesto salto explosivo del blue la semana entrante cuando los bonos bajo ley extranjera salgan de circulación para entrar al canje. Como diría un amigo “a las especulaciones ni cabida” y el Banco Central reconocerá cuándo vale la pena realmente intervenir.


Fuente: Elaboración propia en base a BCRA.



Fuente: Elaboración propia en base a BCRA, RAVA y Ámbito Financiero.




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