Carrió gana poder en el Gobierno tras la derrota en las PASO

La diputada se convirtió en “vocera oficial” de la campaña de Juntos por el Cambio y participó activamente de las últimas reuniones de Macri. Marcos Peña fue relegado a un segundo plano.

La dura derrota en las PASO produjo un reacomodamiento de poder al interior del Gobierno nacional. Obligado a dar un golpe de timón, Mauricio Macri apartó a Marcos Peña del centro de toma de decisiones y fortaleció a Elisa Carrió. La diputada nacional se convirtió en “vocera oficial” de la campaña y no se privó de hacer comentarios polémicos en los últimos días.

Carrió comenzó a ganar protagonismo en la noche del revés en las primarias. En el búnker de Costa Salguero, tomó el micrófono e intentó levantar a la alicaída militancia. Su mensaje: el resultado de las PASO es remontable en octubre.

En el encuentro del gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner de la semana también se vio a una Carrió eufórica y controvertida. Allí dijo que había mucha gente que no los había votado porque estaba esquiando, se burló de la muerte del exgobernador rionegrino Carlos Soria, y se mostró convencida de que Macri sería reelecto.




El empoderamiento de la diputada parece ser una apuesta por la radicalización del discurso macrista, en un intento por retener los votos de las PASO antes que por interpelar a los indecisos y desencantados. Carrió llegó a hablar de fraude narco y de problemas de fiscalización en Juntos por el Cambio, algo que fue rápidamente desmentido por el propio Gobierno.

“Ahora se juega la república o el autoritarismo”, señaló en TN la diputada por el distrito porteño. Carrió, que acusa a la dirigencia radical de borrarse en un escenario de debilidad, complementó esta mayor visibilidad y activismo mediático con frenéticas reuniones con el presidente durante el fin de semana largo. El ascenso de Lilita es la contraparte de la caída en desgracia de Peña. El jefe de Gabinete es apuntado en el oficialismo como el máximo responsable de la errática campaña electoral del Gobierno. Macri evitó pedirle la renuncia, pero lo postergó a un segundo plano. De  cara a las elecciones generales, Peña no estará más a cargo de la estrategia discursiva y comunicacional.

Junto con Carrió ganarán relevancia Miguel Ángel Pichetto y Guillermo Dietrich. El candidato a vicepresidente se convirtió en el principal puente de diálogo con la oposición, un insumo necesario para ganar estabilidad y previsibilidad en un contexto incierto. El ministro de Transporte, por su parte, es uno de los funcionarios más críticos de Peña y de llegada directa al presidente. Hacia los comicios de octubre estará a cargo del despliegue logístico y de fiscalización de la campaña de Juntos por el Cambio. La derrota en las PASO golpeó con fuerza y dejó un tendal de heridos en el oficialismo.

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