Argentina saca ventaja del conflicto entre China y Australia

Hacía tres años que Argentina prácticamente no exportaba cebada al gigante asiático, pero a causa de que China impusiera aranceles de hasta 80,5% a las importaciones australianas de ese cereal, se estima que antes de que termine el 2020 se habrán enviado 250.000 toneladas.


La historia arranca cuando el gobierno de Australia, conducido por el primer ministro Scott Morrison, se adhirió a la iniciativa estadounidense para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emprendiese una investigación independiente sobre el origen de la pandemia. Lo siguiente fue una disputa que escaló desde ambos lados, al punto de que las autoridades chinas dispusieran barreras a las importaciones de ciertos productos australianos. Traducido para los intereses comerciales argentinos: se abrieron nuevas oportunidades para llenar ese vacío.

Hacía tres años que Argentina prácticamente no exportaba cebada al gigante asiático, pero a causa de que China impusiera aranceles de hasta 80,5% a las importaciones australianas de ese cereal, se estima que antes de que termine el 2020 se habrán enviado 250.000 toneladas. Donde se va a empezar a notar cada vez más la gravitación de China es en la cebada forrajera, por la cual ya se han presentado Declaraciones Juradas de Venta al Exterior con un monto de 235.000 toneladas para el primer trimestre del 2021, cuyo destino en un 64,5% será el gigante asiático, desplazando a Arabia Saudita como el mayor país receptor.

Por otro lado, se podría afirmar que algo similar sucede con el sorgo, pero no se debe tanto a medidas comerciales chinas como por problemas australianos de sequías prolongadas. En total, solo hay cuatro países en el mundo que tienen aprobados los protocolos sanitarios para exportar sorgo forrajero a China, nuestro país lo consiguió en 2014, el resto son Myanmar, Estados Unidos y Australia. Se espera que este año se lleguen a enviar a China 600.000 toneladas de sorgo, que es un 460% superior a lo vendido en 2019. Más que representar un aumento en los envíos totales de sorgo, lo que esa cifra simboliza en realidad es una creciente canalización de las exportaciones en el mercado chino, dado que los precios allí se elevaron, particularmente, gracias a la progresiva recuperación en la producción de carne de cerdo tras el brote de gripe porcina, pero que no va a ser suficiente para asegurarse una total autosuficiencia. De todos modos, el marco está dado para que el año que viene se efectivice una importante suba en los envíos totales.

En paralelo, la disputa sino-australiana también desencadenó que China iniciará investigaciones sobre las importaciones de vino australiano por presunto dumping. Si bien esto sucede en momentos en que las ventas de vinos argentinos experimentan una gran mejora, aprovechar cabalmente el mercado chino implica escapar un poco de lo coyuntural. A fines de agosto, el Observatorio Vitivinícola Argentino publicó un informe que evidencia cómo las exportaciones argentinas de vino se han estancado en los últimos 10 años, al igual que la mayoría de los otros países con tradición en el rubro, producto de diversos factores globales que atañen a todos. No obstante, también se manifiesta que la performance argentina “obviamente queda atada a cuestiones macroeconómicas e institucionales más algunas piedras en el camino que otros países competidores no encuentran, como los controles cambiarios, el tipo de cambio, la inflación, los aranceles, los acuerdos de libre comercio, los altos costos de logística, entre otros.”

Pese a todo, en el mercado chino hay espacio para crecer. Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, desde 2009 hubo un incremento del 239% en el volumen de las exportaciones de vino a China, llegando aproximadamente a 20 millones de litros. Más aún, en el primer semestre de 2020 las exportaciones en volumen fueron 797% más elevadas que en el mismo periodo el año anterior. Sin embargo, los datos también indican que en 2019 China importó vinos fraccionados por un total de 454,5 millones de litros, del que Argentina sólo participó en un 1%, un porcentaje que asciende a 6% si se refiere a vinos a granel, que en su totalidad fueron 137 millones de litros. Desde luego que consiste en un producto dirigido a chinos con un alto nivel social que privilegian cierto status, por lo que se hace relevante seguir con las tareas de promoción de la marca país.

Ya sea que sumemos cebada, sorgo y vino, eso sería sólo una fracción de los envíos totales de Australia a China, pero esos nuevos espacios sirven para promover la diversificación de las exportaciones argentinas al gigante asiatico. Por último, la experiencia australiana advierte sobre la necesidad de una política exterior prudente, que sea pragmática y evite caer en conflictos innecesarios.



Sobre el autor: Lorenzo Agüero, Investigador a cargo de los reportes del Observatorio Sino-Argentino.


Nota: una versión similar de este artículo fue publicada en el último reporte del Observatorio Sino-Argentino, disponible en este enlace.

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