24 de marzo: memoria y presente

Por: Ricardo Rouvier

La reseña dice: el 24 de marzo de 1976  hubo un golpe de Estado cívico-militar denominado Operación Aries por sus autores, se depuso  a la Presidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón. En su lugar, se estableció una junta militar , liderada por el teniente general Jorge Rafael  Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera  y el brigadier general Orlando Ramón Agosti. La junta tomó el nombre oficial de Proceso de Reorganización Nacional y permaneció en el poder hasta diciembre de 1983.

Una etapa oscura de nuestra historia se abrió a su expresión más potente; repitiendo un viejo gesto autoritario de ejecutar  golpes de Estado desde 1930 cuando destituyó a un presidente popular Don Hipólito Yrigoyen. En 1976, más que antes, se adoptó  el monopolio absoluto de la represión traspasando los límites, cuantitativa y cualitativamente, de lo siniestro. De diversas formas se violaron todos los derechos más elementales, hasta trepar a la nutrida categoría de desaparición forzada. Cuerpos ocultos en ninguna parte.

Fue la doble muerte la que dictaminó Videla en la respuesta a un periodista "Le diré que frente al desaparecido en tanto éste como tal, es una incógnita, mientras sea desaparecido no puede tener tratamiento especial, porque no tiene entidad. No está muerto ni vivo...está desaparecido” . 

La democracia argentina cumplió 33 años y seguramente no habrá más interrupciones de los civiles con poder como para asociarse a las FFAA con el fin de “reeducar la democracia”, hacerla dócil a los intereses económicos, sociales y culturales sectoriales en que  lo colectivo, la comunidad queda enterrada en todas sus acepciones.

La recuperación democrática tuvo anticipos de la misma que se expresaron en las luchas sindicales de la CGT Brasil liderada por Saúl Ubaldini, que decretó un paro general para el martes 30 de marzo de 1982. Justo, dos días antes del desembarco de las FFAA de nuestro país en las Islas Malvinas, una aventura de la dictadura buscando inyectarle consenso a su gobierno que terminó en un desastre, y aceleró su final.

Pero también y antes, la resistencia se manifestó  en  la perseverante ronda de las madres alrededor de la Pirámide de Mayo que reclamaban por la aparición con vida de sus hijos, dando una prueba de la  voluntad de libertad. El coraje que exige la libertad ausente.  La idea de reunirse en la Plaza de Mayo surgió el sábado 30 de abril de 1977, cuando el grupo inicial de 14 madres de detenidos y desaparecidos estaba esperando, enfrente,  que las atendiera el secretario del vicario castrense, y  ante la larga espera decidió cruzar la calle y  ocupar el espacio.

Este año estaremos, puntualmente, en la manifestación preparada con el objeto de reiterar nuestra férrea voluntad de que la democracia es inamovible, y que levantamos la memoria como una señal de que estamos atentos, con el objeto que la dictadura,  ni sus hijos,  vuelvan nunca más.

Así, como hay pequeños brotes de lucha democrática en las dictaduras, también, hay que señalarlo,  gestos autoritarios en democracia. Y esos gestos en general están relacionados o con el gobierno o con sectores sociales o personas con poder. Porque en definitiva una sociedad democrática es el fruto de un largo trabajo de educación y de participación.  Y si bien hay un momento, un día en que se inaugura o se recupera el régimen político democrático, en realidad el proceso es más lento, más profundo y  extendido sobre el tejido social para alcanzar una sociedad más justa, más igualitaria y más institucionalizada.  Si tenemos que alrededor de un tercio de la población es pobre; entonces es una democracia que aún tiene mucho para cumplir con sí mismo, ya que la desigualdad es una afrenta al sentido de la democracia. 

En la sociedad actual sobresalen las corporaciones con poder; sobre todo las corporaciones económicas. Para lo cual, utilizan las herramientas de la democracia para ejercer la presión sectorial y satisfacer sus necesidades, generalmente, en detrimento del colectivo. Por eso, la marcha del 24 no es solo para recordar sino para advertir que estamos atentos a la defensa de las libertades públicas y de los derechos humanos; pero también estamos atentos a que la democracia no  se achique a la medida de lo sectorial.

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