Cambios en el Gabinete: retroceso político del radicalismo

El triunfo de Cambiemos redefinió el equilibrio de fuerzas de la coalición de gobierno. Mauricio Macri le quitó espacios de poder al partido centenario, que en diciembre elegirá nuevas autoridades.

Tras el triunfo electoral de Cambiemos, el equilibrio de fuerzas interno de la coalición de gobierno parece haberse alterado. Con los cambios ministeriales resueltos por el presidente Mauricio Macri, el radicalismo cede espacios de poder. Estos realineamientos pueden tener incidencia en la elección en diciembre del nuevo titular de la Comisión Nacional de la UCR.

El primer movimiento de piezas se dio en la Unidad Plan Belgrano, programa orientado al desarrollo del norte argentino con rango ministerial. El radical José Cano había dejado de conducir el área a mediados de julio para dedicarse a la campaña legislativa en Tucumán. En su lugar asumió, un mes después, Carlos Vignolo, hombre de confianza del gobernador de Corrientes Ricardo Colombi.

En paralelo, se llevó a cabo otra modificación, que terminó debilitando a los “boinas blancas”. Julio Martínez dejó la cartera de Defensa para encarar la competencia electoral en La Rioja. Fue reemplazado por Oscar Aguad, que venía de conducir el Ministerio de Comunicaciones, área que fue reabsorbida en la órbita de Modernización.

En los últimos días hubo otras novedades. Macri y su núcleo duro en materia de gestión pública (Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui) corrieron del Ministerio de Agroindustria al radical formoseño Ricardo Buryaile. Le ofrecieron, en compensación, un exilio digno, pero sin poder político: la embajada ante la Unión Europea. Su lugar quedó en manos de Luis Etchevehere, titular de la Sociedad Rural.

El otro retoque del Gabinete llegó con el pedido de renuncia a Jorge Lemus, un hombre sin vinculación partidaria, en la cartera de Salud. Con esta salida, asumió la conducción del área Adolfo Rubinstein, un radical de perfil técnico vinculado a Ernesto Sanz que hasta entonces se desempeñaba como viceministro.

En definitiva, el Gabinete inaugural de Cambiemos, en diciembre de 2015, presentaba cuatro ministros de origen radical (Cano, Buryaile, Martínez y Aguad) y ahora, tras los comicios intermedios, tiene uno menos (Aguad, Vignolo y Rubinstein). Y el peso de estos dirigentes es menor que el de sus predecesores. No son referentes territoriales en sus provincias (Aguad perdió margen a expensas de Mario Negri).

El cordobés Negri es hoy el radical con más llegada a la Casa Rosada. Su crecimiento se da en paralelo al ocaso de Ernesto Sanz, uno de los impulsores de Cambiemos. El retroceso evidente de los radicales en el Gabinete presidencial es algo que le será facturado a José Corral en las elecciones del Comité partidario en diciembre. Esa instancia servirá para redefinir las internas de la formación centenaria, que incluye la fractura en la UCR porteña. En ese distrito, el sector de Enrique “Coty” Nosiglia (que promovió la candidatura de Martín Lousteau) se opone a los radicales leales a Cambiemos, entre los que figura Facundo Suárez Lastra.

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